JEREMIAS 17:1-14
AUTOR: Dr. Jorge E. Rodriguez-Sierra
INTRODUCCIÓN
El libro de Jeremías es un libro que presenta sin rodeos las consecuencias que tiene el pecado, como Dios lo ve y como lo va a juzgar, todo esto nos permite ver la santidad de Dios pero en medio de su santo juicio también podemos ver claramente su gracia y misericordia al hacer un llamando al hombre a que regrese a la senda de la obediencia, que abandone su orgullo, que no endurezca su corazón al hacerle ver lo ridículo que es servir dioses falsos que son hechos por las manos del mismo hombre.
Pero para poder entender mejor cual es la raíz del problema del hombre, Dios inspira a Jeremías a expresar y escribir estas palabras al pueblo de Juda pero también para nosotros en estos tiempos ya que la Palabra de Dios nunca pierde relevancia y continua preservando su gran valor e importancia a través de las edades. Dios en Su sabiduria nos muestra que es un asunto del corazón donde se origina el problema al hacer un análisis muy detallado de la condición del hombre pero a la vez nos permite ver como puede ser curado de este mal.
UN CORAZÓN CONTAMINADO
Jeremías 17:1–3 RVR60
El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares, mientras sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de Asera, que están junto a los árboles frondosos y en los collados altos, sobre las montañas y sobre el campo.
El pecado es una acción o sentimiento que viola o va mas allá de algo que es prohibido o ignora algo requerido por la ley o el carácter de Dios, ya sea en pensamiento, sentimiento, discurso o acción. Esta acción mala del hombre se encuentra en el corazón. La palabra corazón en este pasaje se refiere al lugar de los pensamientos (mente) de una persona, voluntad, emociones y conocimientos conocido como la conciencia. El pecado de esta nación estaba marcado e inscrito por instrumentos como el hierro y el diamante que dejan una marca permanente que no puede ser borrado, su pecado esta grabado en el mismo ser del hombre y es expresado visualmente por Dios como los cuernos de sus altares poniendo de manifiesto la idolatría que practicaban al rendir culto a dioses falsos. Era tal su pecado y su desprecio por la verdad que enseñaban a las nuevas generaciones sus practicas paganas que habían aprendido de las naciones a las que ellos deberían haber llevado y presentado al único y verdadero Dios. Ellos rendían culto a Asera, una diosa de la fertilidad de los cananeos y las imágenes de esta diosa las ponían en lugares importantes para ser vista por todos. El corazón endurecido de esta nación estaba contaminado con idolatría y preferían adorar a dioses inventados que nada podían hacer.
Warren Wiersbe nos dice: “Nosotros podemos olvidar nuestros pecados pero ellos no se olvidan de nosotros.” Su pecado quedo grabado en lugar de la Palabra de Dios: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; atalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón;” (Proverbios 3:3). Olvidaron e hicieron menos el consejo de Dios.
UN CORAZÓN QUE GENERA UN FUEGO QUE NO SE APAGA
Jeremías 17:3–4 RVR60
..."Todos tus tesoros entregaré al pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio.
Y perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá."
El pecado siempre tiene consecuencias, no queda escondido, no es olvidado y por ello Dios dará su juicio y la retribución que merece cada acto malo que el hombre haya cometido. Dios en Su santidad no puede pasar por alto el pecado: “Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días.” (Salmos 7:11). “No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.” (Salmo 1:4-6).
La sentencia estaba dada, Judá perdería todas sus posesiones y terminarían siendo conquistados y llevados como cautivos a Babilonia. Habían dado lugar para el enojo de Dios por su pecado, los únicos responsables de las consecuencias que sufrirían eran ellos mismos y nadie mas. Nadie mas pagara por el pecado de otra persona: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.” (Ezequiel 18:20).
UN CORAZÓN APARTADO
Jeremías 17:5–6 RVR60
"Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada."
Nuevamente Dios nos recuerda que es el orgullo el que lleva a un corazón que se endurece y no quiere someterse y rechaza a Dios, por ello el hombre que hace esto esta bajo maldición que implica que va a recibir un castigo al cosechar las consecuencias de sus pecados, le sera imposible obtener las bendiciones de Dios y terminara por vivir en un lugar desolado donde no tiene nada que ofrecer. Esta es la consecuencia de un corazón que rechaza y le da la espalda a Dios y que no desea creer.
UN CORAZÓN QUE CONFÍA
Jeremías 17:7–8 RVR60
"Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto."
Ante este juicio severo podemos ver el llamando al hombre a poner su fe en Jehová, el Señor, el único y verdadero Dios. Quien confía en Dios es llamado bendito lo que implica que tiene el favor divino, el cual habrá de recibir un día. El profeta Jeremías hace una referencia muy parecida a la descrita por el rey David en el Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” (Salmo 1:1-3). La gran similitud es porque Dios es el mismo autor de ambos pasajes.
Hay dos conceptos muy importantes descritos aquí, la confianza en Dios y la confianza es Dios. Confiar en Dios es tener el conocimiento de quien es Dios y porque es digno de que podamos depositar nuestra fe sin dudar en él, el segundo concepto es la confianza es Dios esto implica que el conocimiento es ya parte de la persona ya que la definición de la confianza no es un concepto sino que es una persona y esa persona es Dios. Muchas personas saben de Dios, conocen de Dios pero él no es su Dios, confían no en Dios sino en las cosas materiales que les puede dar como por ejemplo el dinero, es decir creo en Dios pero confió en el dinero. Dios invita a que no solo conozcamos de él sino que él sea la misma definición de nuestra confianza.
Tener un corazón que confía implica obedecer a Dios, someterse a él, poner la fe en él y ese es el gran problema del hombre, es mejor creer superficialmente porque no esta dispuesto a depositar su fe en él por las implicaciones que tiene. Cuando Dios es nuestra confianza es tener la promesa segura de grandes recompensas sobretodo espirituales y eternas.
UN CORAZÓN DIAGNOSTICADO Y CONOCIDO
Jeremías 17:9–10 RVR60
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras."
El corazón del hombre es diagnosticado como engañoso y perverso. Engañoso se refiere a no ir por un camino recto porque tiende a apartarse fácilmente , es falso, deshonesto y se deja en claro que no hay nada que supere al corazón en esta característica malvada. La segunda característica es simplemente alarmante ya que perverso implica algo que esta mas allá de poder ser reparado, no se puede curar, no tiene remedio. Ante estas características el profeta pregunta ¿quien lo puede entender o comprender?
La respuesta es contundente, solo Dios es quien puede conocer el corazón ya que incluso para el mismo hombre le es imposible poder percibir en su magnitud las intenciones malas de su corazón y muchas veces se engaña al disfrazarlas con acciones buenas cuando en realidad no es así, incluso el salmista nos dice que hay pecados que son ocultos para quien los comete: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.” (Salmo 19:12). Dios todo lo sabe y conoce incluso antes de hablar conoce lo que vamos a decir (Salmo 139:4).
Dios en su omniciencia es el unico que pude hacer estas dos cosas respecto al corazón del hombre, lo escudriña y lo prueba a pesar de ser continuamente deshonesto. Escudriñar es investigar, explorar, considerar detalladamente y someter a un análisis con el fin de descubrir sus características esenciales. Probar es examinar para determinar la naturaleza de algo, incluyendo imperfecciones, defectos y otras cualidades, ve su reacciones y busca saber si es verdadero. Así que Dios ve con cuidado cada detalle, cada acción y la razón o el motivo de estas así que no puede ser engañado: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gálatas 6:7). Nada pasa desapercibido para Dios, él lo sabe todo.
La razón de este examen tan meticuloso hecho por Dios a cada hombre es para juzgarlo en forma completa y correcta para dar la recompensa a cada uno de acuerdo a lo que sus hechos demandan. Los cristianos serán salvos por fe pero serán juzgados en el tribunal de Cristo no para saber si son salvos sino para recibir recompensas: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo,a para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:10), y los no salvos enfrentaran el juicio del gran Trono Blanco: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apocalipsis 20:11-15).
UN CORAZÓN AMANTE DE LAS RIQUEZAS
Jeremías 17:11 RVR60
"Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato."
El corazón fue expuesto por su idolatría, después por su incredulidad y ahora por su avaricia. Como la perdiz se apodera del nido que no le corresponde y empolla huevos que no son suyos también hay hombres que en forma injusta de apoderan de los bienes que no les corresponden: “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.” (Jeremías 6:13). Dios adelanta la sentencia cuando menos lo esperen perderán esas riquezas que tomaron y acabaran en la miseria por lo que son tontos y no tienen buen juicio.
UN CORAZÓN CASTIGADO
Jeremías 17:12–13 RVR60
"Trono de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro santuario. ¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas."
El profeta reconoce lo excelso y la grandeza de Dios y solo en él la nación de Israel podía tener confianza de ser rescatados, pero en contraste los que decidieron abandonar a Dios terminaran humillados y van a desaparecer al morir eternamente (no van a dejar de existir solo van a vivir separados de Dios) por ser idolatras, incrédulos y amantes de las cosas materiales. Solo en Jehová esta la esperanza de la vida eterna.
UN CORAZÓN SALVADO
Jeremías 17:14 RVR60
"Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza."
Solo Dios y nadie aparte de él puede curar lo incurable, solo en él esta la salvación que le es imposible al hombre obtener en sus propios esfuerzos. Pablo nos dice: “para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:9-10) y en su carta a Tito lo vuelva a aclarar: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:4-7)
Dios es quien puede sanar el corazón engañoso y perverso del hombre pero es el hombre quien debe permitirle a Dios actuar sobre su corazón, esa es la plegaria del profeta y la que debe presentar todo hombre que responde al llamado de Dios.
UN CORAZÓN SALVADO POR DIOS
Dios conoce al hombre a la perfección, mejor de lo que él mismo se conoce y el diagnostico que da es muy severo, nuestro corazón se descarría muy fácil por el mal camino y es incapaz de curarse a si mismo de esta condición de maldad. La contaminación del corazón por su incredulidad, idolatría y avaricia traerá duras consecuencias a las personas. El problema del hombre es un asunto del corazón que solo Dios en su gracia puede curar para ello hace un llamado al hombre para que evite las consecuencias de sus pecados, pero para ello es necesario creer en lo que Dios dice de nuestra condición caída y es necesario confiar en él demostrándolo al pedir que nos salve. Le invito a no resistirse al mensaje de Dios, a su invitación de confiar en él. Para encontrar la reconciliacion con Dios solo necesita clamar: “Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.” (Jeremías 17:14). Dios esta listo a perdonarle y cuando experimente el regalo de la salvación que Cristo le consiguió al morir en la cruz derramando su sangre es entonces que usted sera libre y encontrara la vida eterna: “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.” (Colosenses 1:20-23).
Evite el dolor eterno de terminar en el infierno y sea salvo hoy. El dia que lo haga empieze a leer la Biblia empezando por el Evangelio y la primera cara de Juan y busque una iglesia para reunirse donde se proclame a verdad de Dios.
Lo invito a comunicarse conmigo con sus preguntas y comentarios a: esclabiblia@gmail.com
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