LA SANGRE DE CRISTO: RESCATADOS POR SANGRE
- JORGE EDUARDO RODRIGUEZ
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Autor: Dr. Jorge Rodríguez-Sierra
1 Pedro 1:13–19 RVR60
"Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,"
INTRODUCCIÓN
La doctrina de la sangre de Cristo es un mensaje que es vital en la Biblia y se es necesario poder entenderlo y comprenderlo. La frase sangre de Cristo aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento, dos veces por Pablo en la Primera Epístola a los Corintios: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?” (1 Corintios 10:16) y en la Carta a los Efesios: “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.” (Efesios 2:13), una vez por el autor de la Carta a los Hebreos: “Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:14) y finalmente por el Apóstol Pedro en su primera carta: “sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” (1 Pedro 1:19). Sangre es la palabra clave para poder entender el mensaje de la redención que Dios ofrece al hombre ya que nos permite entender los sacrificios del Antiguo Testamento y aún más el sacrificio que hizo Jesús en la cruz del Calvario.
EL SIGNIFICADO DE LA SANGRE
Dios estableció que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados: “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” (Hebreos 9:22). Desde la perspectiva de la Biblia cuando se menciona la sangre el énfasis está en la muerte. J. A. Robinson mencionó: “Para la mentalidad judía, la sangre no era simplemente, ni siquiera principalmente, la corriente de vida que fluye por las venas de los seres vivientes significaba especialmente la vida vertida en la muerte; y aún más particularmente, en el aspecto religioso es símbolo de la muerte mediante sacrificio.” (1) El problema de los sacrificios del antiguo pacto era que estos no podían limpiar a quién los ofrecía por ello Cristo vino a morir en una cruz y derramar su sangre, la de un sacrificio perfecto para limpiar en forma real, efectiva y eterna al pecador. Podemos confiadamente al hacer una revisión de los pasajes bíblicos que se refieren a la frase “sangre de Cristo” concluir que se refiere a su sacrificio y muerte.
Ahora nos enfocaremos en el pasaje de la Primera Carta del Apóstol Pedro para poder comprender con más detenimiento está doctrina. En esta primera parte entenderemos que la sangre de Cristo da tres órdenes, marca un tiempo y ofrece un rescate.
LA SANGRE NOS ORDENA
A) NOS ORDENA UNA VESTIMENTA MENTAL
1 Pedro 1:13 RVR60
"Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;"
Pedro viene discutiendo sobre la gran promesa que tenemos en Cristo que es una esperanza viva y la gran herencia que un día vamos a experimentar: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” (1 Pedro 1:3-5).
Es en esta esperanza viva que ahora el cristiano se le da la primera orden en cuanto a su vestimenta mental. La primera instrucción que se le da es vestirse de una manera muy especial. Esta vestimenta no se refiera a la ropa sino a nuestra mente, lo que pensamos y que revela lo que creemos y somos. Ceñir significa preparase para pensar detenidamente y mucho y llevar a la acción estos pensamientos y la palabra lomos nos habla de estar listos para aprender. En otras palabras, es una demanda y orden aprender mucho, pero para ponerlo en práctica.
La segunda orden es ser sobrios que se refiere a saber controlar las emociones y los deseos, con ello se vivirá en una forma razonable y correcta.
La tercera orden es esperad, poner nuestra esperanza en forma completa en la gracia de Cristo que es confiar en su buena voluntad que va a operar en nuestro beneficio. Lo interesante es que esa gracia total será manifestada hasta el regreso de Cristo cuando lo veamos, mientras tendremos que vivir tiempos difíciles pero siempre con la ayuda de nuestro salvador: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;” (1 Pedro 1:6-8).
B) NOS ORDENA UNA VIDA MORAL LIMPIA
1 Pedro 1:15–16 RVR60
"sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."
Es Dios que nos llama a ser santos como Él es santo. Este llamamiento es un comunicado que se da con autoridad, es un llamado a hacerse presente para dar cuentas y lo que Dios demanda es santidad. La palabra santidad es tener las características de pureza moral, no tener mancha alguna que es uno de los atributos de Dios y esta es la demanda de Dios que vivíamos una vida de obediencia que nos llevara a tener una conducta moralmente correcta. Y esta orden es en cada una de las áreas de nuestra vida, no queda ninguna en la que podemos decir que Dios no nos ordena que vivamos en sujeción a sus mandatos y por consiguiente en santidad.
Además, Dios no nos pide nada que El mismo no sea o cumpla. Y es en Dios que se puede recurrir para que le ayude a vivir de esta manera ya que, en la fuerza humana, el hombre siempre se va a fracasar.
C) NOS ORDENA UN COMPORTAMIENTO
1 Pedro 1:17 (RVR60)
"Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, ..."
Y en esta orden nos recuerda Dios que si lo reconocemos como nuestra autoridad y le llamamos Padre no debemos de olvidar que Él es juez y que traerá a juicio cada uno de nuestros actos y que nadie se salvará de ello. En el caso de los cristianos no es para dar salvación ya que ya la tienen por fe (Efesios 2:8) pero es para ser juzgados que hicimos con nuestra salvación que será en el tribunal de Cristo: “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno miré cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego.” (1 Corintios 3:10-15).
1 Pedro 1:17 (RVR60)
"… conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;"
Es por ello que el cristiano debe de conducirse o comportarse con un sentido de profundo respeto hacia Dios y sus disposiciones durante su vida en esta tierra, la cual entiende que él ya no es ciudadano de este mundo sino del cielo: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; ...” (Filipenses 3:20).
Debemos de temblar de respeto ante las ordenes de Dios y como no obedecerlo si tenemos una esperanza segura de vida eterna. Le obedecemos porque le amamos: “Si me amáis, guardad mis mandamientos.” (Juan 14:15)
LA SANGRE DE CRISTO MARCA UN TIEMPO
A) UN PASADO DEL HOMBRE
1 Pedro 1:14 (RVR60)
"como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;"
En base a esta ordenes es que Pedro nos dice que ahora somos hijos de Dios (Juan 1:12) somos obedientes, por lo que nos sometemos a sus órdenes y a sus mandatos y es por ello que no nos conformamos lo que implica que no seguimos un patrón o un estilo de vida que antes nos caracterizaba, nuestro comportamiento no está moldeado por los deseos que antes teníamos.
El Apóstol usa un verbo en pasado en este versículo. La palabra “tenias” nos habla de una naturaleza o esencia que ya dejó de ser, que ya no existe, que es algo que está en el pasado. El hijo de Dios no puede continuar viviendo en el pecado, antes eran desobedientes y se conformaban a los deseos que se tenían cuando ignoraban lo que Dios demandaba, pero ahora esto dejó de existir.
En un tiempo anterior el cristiano era un desobediente a Dios al no conformarse ni sujetarse a la autoridad de Dios lo cual queda perfectamente establecido por Pablo: “Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,” (Romanos 11:30). Pedro nos explica que esta desobediencia era consecuencia de la ignorancia, que es la falta de conocimiento especialmente la que conduce a una conducta reprochable (2), estaban sin conocimiento de Dios y sugiere que los receptores de esta carta eran sobre todo gentiles que antes de acudir a Cristo practicaban religiones paganas (3)
Todo este conocimiento que se tiene está basado en un rescate y en el precio que se pagó cuando Cristo derramó su sangre en la cruz. Es la sangre de Cristo la que marca una diferencia en la vida del hombre, su sangre le hace posible distinguir que en su pasado era un desobediente a las leyes divinas.
B) UN PRESENTE DEL HOMBRE
1 Pedro 1:18 (RVR60)
"sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,"
Es obvio que la vida cristiana no es fácil poderla vivir, pero es vital que las mentes y corazones estén llenos de lo que Dios va a establecer por qué esa información ya la tienen sus hijos. El verbo “sabiendo” aquí empleado está en presente continuo, la información que el Apóstol va a dar ya se tiene, ya se comprendió y está a disposición para ser recordada. El cristiano ya tiene una nueva condición cuando se arrepintió de sus pecados, puso su fe y recibió a Jesús como su Señor y Salvador y esté presente fue marcado y hecho posible cuando se derramó sangre para el perdón de pecados y este acto fue llevado a cabo por Cristo en la cruz. Este es el presente que ahora marca e identifica a los hijos de Dios.
La vida anterior dejo de ser, ahora se vive en un presente totalmente diferente porque el cristiano fue rescatado.
LA SANGRE DE CRISTO RESCATA
1 Pedro 1:18–19 RVR60
"sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,"
A) RESCATADO: DEFINICIÓN
La expresión “fuisteis rescatados” empleado por el Apóstol Pedro habla de alguien quien ha estado preso, cautivo, sin libertad, en este caso del pecado (2) Pablo nos dice que el hombre sin Cristo era esclavo del pecado: “Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.” (Romanos 6:20), estaba bajo su yugo y su autoridad; el hombre estaba bajo maldición: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),” (Gálatas 3:13), por lo cual se tuvo que hacer un pago por esta persona para poderla liberar de la condición que tenía. La palabra rescatar se refiere a la acción de comprar a un esclavo con el objetivo de liberarlo (2); en la carta a Tito se explica que Cristo se dio a sí mismo como ese pago y saldar la cuenta de toda transgresión hecha: “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2:14). Jesús lo dijo también que él vino a este mundo para servir y dar su vida como rescate por muchos: “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”(Mateo 20:28). El hombre estaba condenado por la Ley de Dios que declara a todo hombre culpable y separado de Dios (Romanos 3:23), solo fallar una sola vez a uno de los mandamientos hace culpable al hombre, Dios enfáticamente declara al hombre como malo (Salmos 14:1-2, Salmos 53:1-3, Romanos 3:10-12) y por ello le es necesario ser rescatado.
B) ¿RESCATADOS DE QUE?
1 Pedro 1:18 (RVR60)
"sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,"
El rescate liberó a los hijos de Dios de un estilo y conducta de vida depravada y mala, especialmente en cuanto a su carácter moral. Este estilo de vida le caracteriza el ser vano, carente de significado, de beneficio, sin valor, sin uso, inútil, vacío, frívolo, sin verdad y sin resultados (2). Así es como Dios describe la vida del hombre que está alejado de él. No conduce a nada bueno ya que el hombre sin Dios nada puede hacer que sea de provecho, así lo estableció Jesús; cuando dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5).
Este estilo de vida de pecado fue transmitida o pasada de los padres a los hijos, como dice el Salmista: “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre” (Salmos 51:5), esto no quita la responsabilidad al hombre de sus actos malos, lo que Dios establece en este pasaje es que está disposición pecaminosa y caída del hombre la tiene desde el nacimiento y bajo voluntad propia se somete a ella para obedecerla quedando en esclavitud. Es la responsabilidad de cada persona y dará cuenta a Dios por esta vida improductiva y perversa.
El hombre no puede salvarse a sí mismo tratando pagar sus actos malos con obras buenas, esto es imposible ya que Dios dejó claro: “no es por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:9). Además, una obra buena le es imposible deshacer los malos actos. La ley de Dios deja en condenación al hombre con fallar a un solo mandamiento y quién hay de los hombres que tan solo en una ocasión no haya mentido, está es la condición que separa al hombre de Dios, le condena y le llevará al infierno por la eternidad, alguien necesita salvarlo y hacer el pago que le rescate.
UNA SANGRE QUE TRANSFORMA, QUE ORDENA Y QUE RESCATA
1 Pedro 1:19–21
"sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios."
El sacrificio de Cristo fue la obra más extraordinaria, más grandiosa, más profunda, más excelsa que jamás se haya llevado a cabo. es la fuente misma y la manifestación más pura y limpia de amor que se haya expresado o se vaya a expresar en la historia del mundo. Solo la pudo llevar a cabo Dios mismo por una creación que se rebeló y se separó de Él y que solo debía recibir la justa retribución de sus actos malos que es la condenación eterna. Todo esto se consiguió al derramar su sangre Cristo en la cruz, una sangre limpia y libre de pecado, el sacrificio perfecto para el perdón del hombre.
Es solo en esa sangre derramada la que puede transformar al hombre de su estilo de vida inútil que no produce nada bueno, pero quien cree en el sacrificio de Cristo ahora es llamado hijo de Dios y es transformado, no para vivir como quiera, sino que ahora va a vivir una vida transformada por el poder de Dios donde se somete a Su voluntad y por ello va a producir frutos dignos que reflejan que se arrepintió. Esta vida cambiada no sale de un corazón que quiere ganarse la salvación, sino que al saber que es salvo por gracia, algo que no merecía, es que en una respuesta de humildad y amor decide obedecer a Dios.
Cristo derramo su sangre por ti y por mí a pesar de ser sus enemigos, hoy es el día en que te invito a que te reconcilies con Dios, el tiempo de su regreso se acerca, no lo dejes para después.

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