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Dr. Jorge E Rodríguez Sierra.

Jesus vino a ser siervo

Actualizado: 1 feb 2023


Jesús vino a ser siervo

Romanos 15:8-13

AUTOR: Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra.

INTRODUCCIÓN


Jesús vino a ser siervo, esta es la forma en que el Apóstol Pablo inicia esta pequeña sección de su carta a los Romanos donde va a demostrar las tres implicaciones que tiene esa afirmación. De acuerdo al pasaje Cristo al venir como siervo demostró la verdad de Dios, confirmo las promesas que fueron dadas a los judíos desde su nacimiento como nación y para que los gentiles alabaran a Dios. Estas tres implicaciones nos muestran como la verdad de Dios no hace diferencias entre judíos y gentiles estableciendo que el Evangelio es para todo el mundo.


Jesús es el ejemplo máximo de servicio. Lucas 22:27 menciona lo que Jesús dijo: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve”. La palabra griega usada por Pablo en este pasaje es “diakonon”, la cual implica a una persona que sirve en un actividad la cual no es remunerada, originalmente se asociaba a un corredor, el que persigue algo, busca conseguir un objetivo. Esta palabra está relacionada con el servicio no con la persona a la que se sirve (2).


Para poder comprender y poner en su contexto correcto el pasaje que vamos a estudiar es necesario poder leer y ver lo que Pablo está discutiendo antes de decirnos y establecer con las Escrituras porque Cristo vino a ser siervo de la circuncisión.


Romanos 15:1-6

“Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aún Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”


Pablo viene desarrollando previo al pasaje que nos ocupa como los cristianos fuertes o maduros en la fe deberían soportar la flaqueza de los débiles poniendo primero al prójimo antes que los intereses o deseos de uno mismo, siguiendo el ejemplo que Cristo dio al soportar el castigo que el pecador merecía con la finalidad que tanto el débil como el fuerte en la fe pudieran juntos alabar a Dios.



Romanos 15:7

“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.”


En virtud del ejemplo de Cristo, ahora Pablo extiende la invitación a los creyentes a no hacer diferencias basados en la nacionalidad de cada uno de ellos, por ello deberían recibir, acoger, aceptarse unos a otros sin hacer excepción de personas de la misma manera como Cristo recibe a toda persona quien viene a él. Tomar esta acción de recibirse unos a otros va a traer como consecuencia que Dios sea glorificado.


A partir de estos conceptos establecidos por Pablo, ahora como un experto en las Escrituras, nos va a presentar como Dios ya había declarado que las promesas de él también se extendían para los gentiles al citar los libros de Samuel, Salmos, Deuteronomio e Isaias. Así que la inclusión de los gentiles no era algo que había sido agregado como un nuevo concepto después de la ascensión de Cristo sino que ya estaba claramente establecido desde el Antiguo Testamento.


La explicación basada en la las Escrituras que se nos presenta en los versículos 8 al 13 del capítulo 15 de Romanos al hacer un estudio cuidadoso podemos ver las razones por las cuales Cristo vino a ser siervo para ello nos va a dar un antecedente, señala la transformación de Cristo en siervo, de quien vino a ser siervo, los tres objetivos que tuvo esta transformación, como esto no es un razonamiento de Pablo sino una verdad establecida y respaldada por Dios en las Escrituras y la gran recompensa que hay para todo aquel que llega a creer en esta verdad.


ANTECEDENTE PARA UN SIERVO

Romanos 15:8

“Pues os digo,...”


Pablo inicia esta sección escribiendo: “Pues os digo...” Este término nos dice que lo que ahora vamos a desarrollar es una declaración en la cual afirma y asegura algo en forma muy específica.


En esta sección de su carta el Apóstol Pablo se enfoca en establecer que Jesús vino a ser siervo al identificarse como judío en su nacimiento y en su obediencia a las leyes de esta nación pero esto no le limito que las buenas noticias del Evangelio fueran solo para la nación de Israel sino que el mensaje también se extiende a todo hombre de todas las naciones. Dios no hace excepción de personas y lo vemos a través de las Escrituras. Esto quedó establecido desde el Antiguo Testamento: “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas,...” (Deuteronomio 10:17), en el Nuevo Testamento los discípulos, en este caso Pedro, comprendieron y declararon esta verdad: “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.” (Hechos 10:34-35) y no solo es Dios quien demuestra esta verdad sino que Cristo siendo Dios mismo también lo demostró con sus acciones durante su ministerio terrenal lo cual lo podemos ver en el Evangelio de Lucas al presentarnos a los espías que fueron enviados por los sacerdotes a Jesús quienes le dijeron: “... Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.” (Lucas 20:21), y respecto a los cristianos es el mismo Pablo quien ordena que esta verdad debe ser practicada: “Más el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.“ (Colosenses 3:25).


Respecto al énfasis de esta declaración de Dios, John MacArthur menciona sobre lo que Pablo enseña en esta carta: “A lo largo de la epístola, Pablo ha hecho énfasis en esa verdad. Al principio dejó en claro que Cristo “fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre” (1:4–5). El apóstol también explicó en sus comentarios introductorios: “Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles. A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor… Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Ro. 1:13–14, 16).” (3).


Es por ello que Pablo llama a la unidad, a la fraternidad sin hacer diferencia entre las personas y pide que se reciban unos a otros (Romanos 15:7) con la finalidad de que Dios reciba la gloria al actuar de esta forma.


Esto da lugar a una explicación de la razón por la cual Cristo vino a ser siervo y se apoya en las Escrituras para dar el significado correcto. Pablo nos va a decir que Cristo vino para redimir tanto a la nación de Israel como para las naciones gentiles.



UNA TRANSFORMACIÓN EN SIERVO

Romanos 15:8

“...que Cristo Jesús vino a ser…”


Cristo es el nombre propio de Jesús de Nazaret (Mateo 27:17). Cristo significa el Ungido de Dios, el Mesías es el título de Jesús en el Antiguo Testamento: “Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús.” (Juan 1:41-42). Cristo es el nombre en griego y Mesías en hebreo. Jesús es el Mesías prometido al pueblo de Israel quien vendría a rescatarlos del yugo y de la opresión del pecado como quedó establecido en las profecías de Daniel: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí ...” (Daniel 9:25,26). Este nombre nos habla de que Jesús tiene la aprobación y fue seleccionado por Dios. Así que las Escrituras dejan bien establecido que Jesús es el Cristo, el Mesías; él ya vino a este mundo y por lo tanto estamos esperando su segundo regreso. Este solo pasaje debería abrir los corazones al pueblo judío para reconocer a Cristo como el Mesías prometido pero aun se resisten y siguen esperándolo, que triste y lamentable decisión que refleja que la dureza del corazón de esta nación persiste aun después de dos mil años.


La frase “vino a ser” nos habla de entrar, de asumir cierta posición, comportarse de cierta forma, también nos habla que está condición es totalmente diferente a la que se poseía previamente. Es una transformación que tiene un propósito al comportarse de una forma muy concreta y específica (4). Jesús siendo Dios mismo vino a este mundo tomando una condición totalmente diferente, Pablo al continuar el pasaje nos explica esta transformación.



IDENTIFICADO COMO SIERVO

Romanos 15:8

“...siervo de la circuncisión…”


Siervo es alguien que espera y atiende a las necesidades de otros, es quien lleva a cabo las órdenes de otra persona (2). Por lo que Pablo establece que Jesús, quien nació en Belén, hijo de José y María, es quien siendo Dios mismo dejó su posición la cual tenía para convertirse en alguien sujeto a obedecer las órdenes de otra persona. Este es el grado máximo de humillación, el Creador, el dueño del Universo, Dios Todo Poderoso no se aferró a seguir siendo Dios sino que se despojó de sus privilegios por voluntad propia y se hizo semejante a los hombres y no solo esto sino que siendo hombre aún se humilló más él mismo y en obediencia a su Padre fue a morir, pero no una muerte cualquiera, sino la más vil, cruenta y despiadada, destinada a lo peor de la sociedad, la muerte en una cruz (Filipenses 2:5-8).



Todo siervo queda sujeto a alguien más, por lo que esta afirmación de que Jesucristo es siervo nos lleva a preguntarnos ¿a quién quedó sujeto? La respuesta que Pablo nos da es que quedó sujeto a la circuncisión, esto nos hace ver que Jesús se identifica con la nación de Israel la cual siguiendo el mandato de Dios tenía como requerimiento el llevar este acto médico en los varones donde se realizaba la remoción quirúrgica del prepucio del miembro masculino como un acto simbólico en donde se acordaba unirse a cierto grupo, en este caso al pueblo de Israel y que les permitía identificarse como la nación de Dios.


Cranfield menciona sobre la circuncisión en este pasaje: “Cristo se ha hecho siervo del pueblo judío (aquí «circuncisión» denota al pueblo judío, como en 3:30: “Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.” y en una de las dos veces en que aparece en 4:12: “y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.”), puesto que era judío por nacimiento, de la simiente de David según la carne. Vivió casi toda su vida dentro de los límites de Palestina, limitando su ministerio personal casi exclusivamente a los judíos. Fue, en su vida terrenal y muerte expiatoria, el Mesías de Israel, lo que sigue siendo, como Señor exaltado.” (6)


Jesús nacido en Israel y como judío quedó sujeto a la Ley y así lo expresó que él vino a obedecer la Ley no a quitarla o cambiar lo dicho por los profetas: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.“(Mateo 5:17-18). Jesús obedeció la Ley al ser tentado pero nunca pecó: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” (1 Pedro 2:21-23) y el autor a los Hebreos también lo afirma: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” ( Hebreos 4:15). Jesús siendo Dios fue quien dio la Ley y él mismo en forma voluntaria quedó sujeto bajo la Ley.


En este cambio tan radical en la vida del Hijo de Dios, de Rey a siervo, Pablo nos dice los tres objetivos para que Cristo dejara su posición real y se convirtiera en un siervo.



LOS OBJETIVOS DEL SIERVO


1) MOSTRAR LA VERDAD

Romanos 15:8

“...para mostrar la verdad de Dios,...”


El primer objetivo fue para marcar que Cristo está a favor de y por la causa de la verdad de Dios. La verdad es el mensaje que se conforma a la realidad, a los hechos, de acuerdo con lo que realmente sucedió, tiene consistencia, firmeza y duración (2). Esto nos habla de la fidelidad de Dios. La verdad se define no en una serie de declaraciones sino en una sola persona que es Jesucristo: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). Nadie a parte de Cristo ha sido capaz de afirmar que la verdad se define en su persona. Cristo vino a dar a conocer a Dios porque ellos son uno mismo: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.” (Juan 14:8-11) Jesús también afirmó: “Yo y el Padre uno somos“ (Juan 10:30).


Es en Cristo que Dios nos dio a conocer la verdad.


2) CONFIRMAR PROMESAS

Romanos 15:8

“...para confirmar las promesas hechas a los padres,....”


El segundo objetivo fue para confirmar; esta palabra significa establecer, certificar, fortalecer la verdad (7), y esta verdad pueda ser creída. Dios inspiró a los profetas del Antiguo Testamento para que pusieran por escrito una serie de promesas que llevaría a cabo en un futuro. La promesa era la venida de un Mesías que fue dada a Abraham el fundador de la nación de Israel (Génesis 22:18, Gálatas 3:16); Dios anunció a los judíos desde siglos antes el nacimiento y el reinado del Mesías (Isaías 9:2-8, 11:1-10), solo en el Evangelio de Mateo hay 9 referencias de la promesas que se cumplieron en Cristo (Mateo 1:22-23, 2:15, 2:23, 4:14, 8:17, 12:17, 13:35, 21:4, 27:35). Las Escrituras en forma contundente establecen sin lugar a dudas que las promesas de Dios fueron cumplidas en la persona de Jesucristo.


3) GLORIFICAR A DIOS

Romanos 15:9

“....y para qué los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia,....”


Para entender lo que Pablo nos dice debemos establecer que significan dos términos. primero los gentiles son aquellos que pertenecen a las naciones que no estaban aliadas ni confiaban en el Dios de Israel; la palabra glorificar significa alabar, enaltecer, honrar, reconocer la gloria de Dios. La verdad al hacerse manifiesta y revelada a todo hombre permitió a los gentiles tener la oportunidad de recibir la misericordia de Dios. La misericordia es no recibir lo que se merece en consecuencia de los actos llevados a cabo. En este pasaje Dios también nos comunica que estaba extendiendo el perdón de pecados no solo a los judíos sino también a los hombres de todas las naciones del mundo. Esto llevaría a los pobladores de estas naciones a reconocer, aceptar y a estimar el carácter, la naturaleza y los atributos de Dios. Juan lo dice claramente en su Evangelio: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:16-17). Los que no son judíos al no recibir de parte de Dios lo que sus actos demandaban les llevaría a alabar y exaltar a Dios por ese extraordinario regalo que solo él puede conceder.


El Comentario Bíblico Mundo Hispano nos da esta explicación sobre los términos usados en el versículo 8 y 9 sobre la frase traducida como “verdad de Dios” y la frase “por su misericordia”: Aparecen en los versículos 8, 9 dos frases preposicionales contrastadas y el contraste se pierde en la traducción. En el 8 se dice que Cristo fue hecho ministro de la circuncisión “por la fidelidad de Dios” y en el 9 se dice que las naciones glorifiquen a Dios “por la misericordia”, se entiende, la misericordia de Dios, de ahí la traducción “su misericordia” (BLA, DHH, BJ, BC, NBE) o “su compasión” (NVI). De esta manera se destacan dos virtudes de Dios, su fidelidad y su misericordia, que aparecen juntas una y otra vez en el Antiguo Testamento. Pero no debemos asociar la fidelidad de Dios solamente con los judíos y la misericordia de Dios solamente con los gentiles. Los judíos necesitan la misericordia de Dios tanto como los gentiles y la fidelidad de Dios abarca en última instancia a todos los pueblos en su plan redentor. Esto es lo que Pablo demuestra en las cuatro citas que da a continuación.”(5)



EL SIERVO CUMPLIÓ LAS PROFECÍAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Romanos 15:9

"y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:

Warren Wiersbie en su comentario expositivo Justos en Cristo menciona: “En la época del Antiguo Testamento Dios escogió a Israel para que aquella nación ministrara a los gentiles; pero en vez de eso, Israel siguió los caminos idólatras de los gentiles y tuvo que ser castigado. En el período del Nuevo Testamento Dios escogió a los creyentes judíos para que llevaran las buenas nuevas a los gentiles, y ellos obedecieron.” (8)


Pablo describe como los gentiles van a glorificar a Dios en razón de que Cristo vino a cumplir la ley, en otras palabras para alabarlo y reconocerlo; para dejarlo establecido cita cuatro referencias del Antiguo Testamento.


A) Primera referencia

Romanos 15:9

“Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre.“


Las dos primeras formas de glorificar a Dios mencionadas por Pablo de parte de los gentiles señala a lo escrito en 2 Samuel 22:50 y el Salmos 18:49 qué es confesar y cantar.


1) Confesarle. Es aceptar, reconocer, alabar, profesar gratitud, alabanza y reconocimiento a Dios dando honor en forma abierta. (7). Los gentiles reconocerían a Dios profesando gratitud por Cristo y seria visto por todos en un testimonio poderoso principalmente para los judíos.

2) Cantarle. Elevar alabanzas en honor a Dios acompañado por instrumentos musicales (7). Los gentiles en una forma audible elevarán cánticos para alabar y confesar a Dios como su Dios.

B) Segunda referencia

Romanos 15:10

“Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.“


La tercera es en referencia a lo escrito por Moisés en Deuteronomio 32:43.


3) Alegrarse. Es sentirse lleno de gozo, felicidad, regocijarse, celebrar (7). Todas estos sentimientos de alegría sería que tienen algo en común y esto que les une es reconocer al único y verdadero Dios. Gentiles y judíos unidos como un solo pueblo, miembros de una misma familia.

C) Tercera referencia

Romanos 15:11

“Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos.“


Las siguientes dos formas de glorificar a Dios Pablo menciona alabar y magnificar, para ello cita al Salmos 117:1.


4) Alabadle. Manifestar admiración por la grandeza de Dios reconociendo sus atributos en una acto de alabanza (2). Este verbo usado por el salmista es una orden para todas las naciones sin excepción alguna reconocieran a Dios a través de la alabanza.

5) Magnificarlo. Es admirar, elogiar, ensalzar y exaltar a Dios en forma verbal (7), esta orden se extiende a todos los pueblos ya que Dios no es Dios de una sola nación sino de todo el mundo.


D)Cuarta referencia

Romanos 15:12

“Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él.“


Finalmente Pablo cita al profeta Isaias en el capítulo 11 versículo 10.


6) Esperar. Es depositar y tener confianza en Dios, especialmente en lo que se relaciona al futuro (7). El profeta nos dice que Cristo el descendiente del rey David será un día quién va a ser el rey de todas las naciones y los gentiles pondrán su confianza en él, algo que aún está por cumplirse cuando Cristo establezca su reino milenial.


UN SIERVO QUE DA ESPERANZA AL CREER


Romanos 15:13

"Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. "

Esta porción de este pasaje inicio diciéndonos que solo Dios puede convertir a Su Hijo Unigénito en siervo, nadie más es capaz de tal transformación, el creador de la ley se convirtió en alguien que se sometió a esa ley y la cumplió sin haber fallado en ninguna ocasión para con ello poder presentarse como un sacrificio vivo y perfecto capaz de pagar por cada uno de los pecados de cada hombre del mundo

En virtud de ello Pablo nos dice lo que se puede recibir: una esperanza segura, llenarse de gozo y paz. La esperanza nos habla de confidencia y seguridad que solo procede de Dios ya que en la vida, muerte y resurrección de Su Hijo Dios ofrece la esperanza del perdón y la vida eterna que hace que el hombre se pueda llenar de gozo y paz.

Para que esta esperanza pueda experimentarse el único requisito que Dios demanda es solo creer. Si no se cree entonces no hay esperanza y lo único que puede experimentar el hombre es fracaso, miedo y finalmente el juicio y la separación eterna de Dios. La esperanza es un regalo de Dios, no se puede obtener por hacer obras buenas o intentar cumplir la ley en su totalidad lo cual es simplemente imposible, así lo declara el Apóstol en su carta a la iglesia de Efeso: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9), las obras nunca han sido necesarias para recibir la salvación de la vida eterna una aclaración que en forma continua y muy clara Dios lo declara y lo afirma en toda las Escrituras.

Quien es capaz de creer en Cristo da como consecuencia que esta persona pueda abundar en esperanza. Abundar implica tener más que suficiente y en gran cantidad una confianza razonable en los eventos futuros (7), es saber que se tiene vida eterna, así lo prometió Cristo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Es el poder del Espíritu Santo, Dios mismo, quien confirma esta verdad y da seguridad al cristiano que al morir vivirá en la misma presencia de Dios por la eternidad.



EL SIERVO QUE DA VIDA


Jesús vino a ser siervo con ello cumpliendo con la ley para poder presentarse como el sacrificio perfecto y dar su vida una sola vez para pagar por el pecado de todo el mundo, el autor de la carta a los Hebreos dice: “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:24-28). Solo Cristo puede transformar la vida y cambiar el destino eterno del hombre pecador pero para ello le es necesario creer de acuerdo a lo que dicen las Escrituras.



El regalo de esperanza que Dios ofrece es sin excepción de personas, la esperanza es tanto para judíos como para gentiles, esta verdad no es una doctrina nueva en el Nuevo Testamento ya que Pablo nos muestra en forma muy clara como desde los escritos de Moisés esta doctrina ya estaba establecida por Dios. El día de hoy los gentiles, por la dureza del corazón del pueblo judío que rechazo a Jesús como el Mesías, son los portadores de la verdad de Dios al mundo pero un día judíos y gentiles como una nación unida glorificaran a Dios por el regalo de la esperanza que sobreabunda por el poder del Espíritu Santo que mora en el que cree en Cristo como Dios y Salvador.






BIBLIOGRAFÍA

1.Sociedades Bíblicas Unidas Sagradas Escrituras. Reina Valera Revisada (1960)


2. Vine, W. E., Unger, Merrill Frederick, White, William Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words.


3.MacArthur, John F., Jr. Romanos


4. Swanson, James A. Diccionario de idiomas bíblicos: Griego (Nuevo Testamento)


5. Cevallos, Juan Carlos, Zorzoli, Rubén O., Giles, James E., Díaz, Jorge E. Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 19: Romanos


6. Cranfield, C. E. B. La Epístola a los Romanos


7. Tuggy, Alfred E. Léxico griego-español del Nuevo Testamento


8. Wiersbe, Warren W. Justos en Cristo: Estudio Expositivo de la Epístola a los Romanos




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