Cinco panes y dos peces. Cuarta Parte.
La Multitud
Marcos 6:30-44
Autor: Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra
Introducción
Jesús siempre tuvo durante su ministerio en la tierra a una gran cantidad de gente dispuesta a seguirlo y esto no ha cambiado en los últimos dos mil años. Seguidores sobran solo basta ver la cantidad de religiones y sectas que se basan en la Biblia, ¿pero que es lo que hay detrás de todos estos seguidores? ¿Cuál es la razón que tan fácilmente se unen a estas religiones? ¿Y porque a pesar de que estas religiones crecen en número, el mundo actual va de mal en peor? Estas preguntas las podemos contestar al estudiar a esta multitud que se vio sorprendida y beneficiada por este increible milagro de la alimentacion de los cinco mil.
El antecedente
Los discípulos regresaron para contarle a Jesús de sus experiencias cuando salieron de dos en dos en la misión que les encomendó (Marcos 6:7-13) pero la gente no les daba la oportunidad para descansar y ni siquiera los había dejado comer por lo que buscaron un lugar desierto (Marcos 6:30-32). Al leer esto nos da la impresion de que aquí termina la historia pero realmente es el inicio que culminaría con el milagro de la alimentación de la multitud con solo dos peces y cinco panes.
La actitud de la multitud
Al ver a Jesús y reconocerlo la gente decidió seguirlo a pie e incluso llego antes que Jesús y sus discípulos al lugar (Marcos 6:33). El sitio era desierto, estaba en un lugar apartado (Mateo 14:13) cerca de la ciudad de Betania (Lucas 9:10) a un lado del mar de Galilea (Juan 6:1, 3-4) y el tiempo en que ocurrieron estos hechos fue cerca de la fiesta de la Pascua.
Lo que es de llamar la atención es que esta gente no lo pensó dos veces para seguir a Jesús, no le importo lo apartado del lugar y en su deseo por estar con Jesús olvidaron llevar comida. Al ver las acciones de todas estas personas no es difícil considerarlas en ese momento como verdaderos seguidores de Jesús ya que Él enseñaba que para seguirlo deberían estar dispuestos a dejar todo atrás (Marcos 8:34) y esta gente dejo hasta la comida.
Jesús al ver las necesidades de esta multitud fue movido a compasión por lo que decidió empezar a enseñarles sobre el reino de los cielos (Lucas 9:11 / Marcos 6:34) y ellos empezaron a escuchar a Jesús.
Cuando Jesús les ordeno que se recostasen y se dividieran en grupos todas estas personas no dudaron en obedecer a los mandatos que Jesús les estaba dando. Quizás lo más sorprendente es que ellos al ver que Jesús daba gracias por solo dos peces y cinco panes, esto no los desanimo por lo que no hubo quejas o preguntas, solo decidieron seguir las ordenes que Jesús les dio (Marcos 6:39-40).
Es muy difícil pedir más de esta gente, nada los detuvo para seguir a Jesús y al seguirlo no pensaron ni en sus necesidades básicas como la comida, fueron más que pacientes para escuchar las enseñanzas de Jesús, otros en su lugar lo hubieran abandonado pero ellos decidieron quedarse y finalmente fueron increíblemente obedientes a lo que parecía más que absurdo, que Jesús sería capaz de proveer para ellos el alimento en ese lugar apartado y que con los cinco panes y dos peces sería suficiente para alimentarlos a cada uno de ellos.
Los verdaderos motivos
La gente no siguió a Jesús para aprender sobre verdades espirituales, la Biblia (Marcos 6:34) nos deja en claro que cuando Jesús los vio sin dirección, sin conocimientos y sin un rumbo fijo en la vida fue cuando empezó a enseñarles sobre el reino de los cielos. Ninguno de ellos pidió de Jesús enseñanza o conocimientos. Entonces ¿cuál fue la verdadera razón para que lo siguieran? El Apóstol Juan dice (Juan 6:2) que esta multitud sabía que Jesús era capaz de sanarlos, por lo que estas personas tenían un motivo muy específico para buscarlo y en su afán de curarse de sus enfermedades no les importo caminar a un lugar desierto y apartado, por ello hasta la comida se les olvido. Esta multitud es expuesta como unos seguidores que solo buscaban resolver sus necesidades físicas y si para ello tenían que oír una predicación y seguir una serie de ordenes pues así lo harían. El precio a pagar por los presentes fue muy poco para lo que estaban obteniendo que era la salud de sus cuerpos.
Al final obtuvieron un beneficio extra que no estaban esperando, comida para saciar su hambre y comieron hasta llenarse sin tener que pagar nada.
Listos a seguirlo
A esta multitud se le abrieron los ojos, la solución a todos sus problemas apareció frente a ellos y Jesús era la respuesta. No más enfermedades, él sería la fuente inagotable de comida por la que no tendrían que pagar nada, ya no tendrían necesidad de trabajar porque en Jesús habían encontrado la solución a las necesidades más esenciales para vivir sin preocuparse.
El Apóstol Juan nos dice que a esta multitud (Juan 6:14) llego fácilmente a la conclusión de que este era el profeta que habría de venir al mundo, es importante ver con detenimiento que estas personas no reconocían a Jesús como el Hijo de Dios sino solamente como un profeta especial. Ante los beneficios que obtendrían de Jesús les era necesario concederle un puesto de preminencia por lo que decidieron sin elecciones, ni campaña política, ni necesidad de consultar al resto del país, elegir a Jesús como Rey; incluso Juan nos dice que su intención era secuestrarlo, tomar posesión de Jesús y no dejarlo ir, por ello Jesús se apartó de ellos.
Expuestos
Al día siguiente cuando la gente se dio cuenta que Jesús se había ido al otro lado del mar, sin perder tiempo se subieron a sus barcas y fueron a buscarlo a Capernaum (Juan 6:22-24). Al encontrarse con Jesús le preguntaron cuando había llegado a este lugar, Jesús conociendo las intenciones que tenían y sin rodeo alguno les dice que lo buscaban porque les había dado de comer y se habían llenado (Juan 6:26), en otras palabras no buscaban para reconocerlo como el Hijo de Dios, ellos querían solo un profeta que les hiciera la vida fácil. Dice un refrán “estómago lleno corazón contento” y ellos era lo único que buscaban.
Jesús siempre fue directo, nunca busco complacer a la gente y siempre dejo en claro las intenciones del corazón de ellos exponiendo sus intenciones, sus errores y pecados.
¿Seguidores?
Esta multitud, que probablemente eran más de quince mil personas al contar mujeres y niños, a simple vista dan la impresión de ser seguidores comprometidos con Jesús, atentos a su mensaje, obedientes a sus instrucciones y hasta dispuestos a dejar todo por seguirlo. Pero detrás de toda esta fachada solo había conveniencia, no estaban interesados en reconocerlo como el Mesias prometido, solo lo querían para sus beneficios y si eso implicaba hacerlo rey pues así lo harían ya que de esta forma lo obligarían a que Jesús les sirviera a ellos en forma exclusiva. Nada diferente del famoso “yo declaro” donde Dios está obligado a cumplir lo que el hombre dice porque de no hacerlo entonces no es Dios y él es quien queda mal. Tristemente el día de hoy dentro de las Iglesias hay una gran cantidad de personas que tienen las mismas razones para buscarlo que esta multitud y por ello se afilian a diversas religiones sobre todo las que les platican y enseñan lo que ellos quieren escuchar de acuerdo a sus conveniencias. Se busca un dios que les resuelva sus necesidades materiales y problemas físicos, no quieren batallar, quieren sanar de sus enfermedades, no quieren gastar en medicamentos, ni cirugías y si aparte de todo esto se incluye alimentación gratuita pues que mejor. Están dispuestos a reunirse y escuchar las enseñanzas de la Biblia si es este el precio que se les pide para obtener estos beneficios. Por esa razón han proliferado las Iglesias que solo se reúnen el Domingo por la mañana, solo es necesario darle a Dios una hora y media de entretenimiento con mucha música y poca enseñanza porque prefieren dedicar para ellos el resto del Domingo. Para estas personas es Dios quien está comprometido en servir a sus seguidores cumpliéndoles cada capricho y evitándoles problemas. La premisa que parece operar hoy en día en las Iglesias es: dar a Dios lo mínimo pero Él tiene que dar lo mejor a sus seguidores. El problema nunca ha sido detectar a la multitud dentro de las Iglesias, el problema real es detectar si nosotros somos parte de esa multitud que solo busca a Dios por conveniencia.
¿Qué tipo de seguidor eres: Jesús es tu “rey” para resolver tus necesidades o es el Rey de tu vida y tú eres su seguidor dispuesto a obedecerlo en todo lo que Él demanda de tu vida? Un día estarás frente a Jesús y las verdaderas intenciones de tu corazón serán reveladas a las que seguirán una de las dos siguientes expresiones: “Buen, siervo y fiel…. entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21) o “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23). Te invito a que hagas una revisión honesta de tu vida y mi oración es que al hacer esta revision tomes la decisión correcta.
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