Cinco Panes y Dos Peces
Parte 2: Andrés
Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra
Introducción
Andrés es el segundo personaje que el pasaje del Evangelio de Juan nos da la oportunidad de estudiar durante el milagro de la alimentación de los cinco mil. Este discípulo de Jesús es mejor conocido por ser el hermano de Pedro sin embargo la Biblia no nos dice mucho de este hombre que era pescador. En este pasaje son las acciones de Andrés las que nos permiten conocerlo mejor y que el día de hoy nos reta a imitar.
Un discípulo poco conocido
Es de llamar la atención que a pesar de que Andrés llego a ser parte del grupo más cercano a Jesús, solo en tres ocasiones es mencionado actuando en forma individual y al estudiar estos pasajes podemos conocer que motivaba y movía a este discípulo.
La primera vez que se menciona a Andrés en los Evangelios (Juan 1:35-42) lo vemos como un hombre que buscaba a Dios, él se convirtió en discípulo de Juan el Bautista (Juan 1:35-40) y cuando este le invito a seguir a Jesús inmediatamente lo hizo. Después de convivir con Jesús fue buscar a Pedro (Juan1:41-42), Andrés había encontrado al Mesias prometido y no podía quedarse callado así que fue a compartir la noticia con su hermano. A partir de ese momento Andrés paso a un plano secundario y su hermano Pedro se convirtió en el discípulo más destacado. Una reacción muy humana hubiera sido que Andrés se hubiera llenado de envidia y resentimiento ya que él fue quien encontró primero a Jesús para que al final terminara con una participacion menos importante, pero este hombre en realidad entendió que la importancia nunca ha estado en el liderazgo o en los reconocimientos sino en servir a Dios de corazón.
La última ocasión que lo vemos actuando en forma individual es cuando unos griegos se acercan a Felipe para pedirle que les llevara a Jesús (Juan 12:20-22), sin embargo Felipe decide ir primero con Andrés y juntos fueron para comunicarlo a Jesús. Nuevamente Andrés debió haberse sentido menos porque estos hombres no lo buscaron directamente a él, pero eso no le importo ni lo desánimo y sin hacer a un lado a Felipe llevaron juntos la noticia.
Estos dos eventos nos presentan a un discípulo que aprovechaba cada oportunidad que tenía para llevar al conocimiento y a la presencia de Jesús a más personas. Creía sin duda alguna que Jesús era el Mesias que las Escrituras habían profetizado. Felipe dudaba de Jesús y no le tenía la confianza necesaria para llevar a otros, pero lo que Felipe nunca dudo fue la convicción y la determinación que Andrés tenia, ya que inmediatamente pensó en él para resolver la petición que estos hombres gentiles le habían presentado.
Andrés era un hombre que su gran misión se convirtió en llevar gente a la presencia de Jesús, desde su familia inmediata hasta unos desconocidos, este hombre no perdía oportunidad alguna, no importaba si se le reconocía o no, este discípulo entendía que el importante era Jesús. Como faltan cristianos como Andrés en las Iglesias de hoy donde muchos solo buscan tener puestos de reconocimiento para ser vistos por los demás y jamás han deseado servir de corazon a Jesús.
El milagro (Juan 6:1-9, Marcos 6:30-38, Lucas 9:10-13)
Es el Evangelio de Juan quien nos presenta las acciones de Andrés durante el milagro de la alimentación de los cinco mil. Para entender las circunstancias en las que se llevó este milagro la Biblia nos dice que mucha gente siguió a Jesús a pesar de que se había apartado a un lugar desierto y distante, además ya se había hecho tarde (Mateo 14:15). Los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) nos relatan que los discípulos le pidieron a Jesús que despidiera la gente para que buscaran de comer. El Evangelio de Juan es el que nos relata en más detalle este evento presentándonos la conversación entre Jesús y Felipe y quien fue el discípulo que encontró los dos peces y los cinco panes.
La intervención de Andrés en esta historia es muy peculiar, mientras que Felipe se quejaba de lo mucho que costaría alimentar a tanta gente, Andrés se puso a trabajar obedeciendo a la petición de Jesús de buscar comida para alimentar a toda esta multitud, Andrés entendió lo que tenía que hacer y lo que encontró fue solo cinco panes y dos peces que un muchacho traia.
Quizás lo que más llama la atención es el atrevimiento de Andrés de presentar a Jesús esta cantidad tan pobre de comida, es obvio que esto no era la solución al problema sin embargo esto no le impidió llevar a este muchacho con su comida a Jesús. Andrés lo sabía y así se lo expreso a Jesús. Pero la iniciativa y el atrevimiento de Andrés dieron la base para que Jesús llevara a cabo el milagro. Jesús podía alimentar a esa gente sin necesidad de esos peces y panes, por cuarenta años el pueblo judío comió en el desierto del pan que llovía del cielo (Éxodo 16:1-5), él pudo alimentar a toda esta multitud de la misma manera, pero Jesús uso el atrevimiento de Andrés y en ello nos da una gran lección. La lección es sencilla Dios quiere que participemos con Él cuando nos da un reto, pero la clave está en movernos y presentar a Dios nuestros recursos por más pobres que estos sean y ofrecérselos totalmente a Él reconociendo en todo momento la insuficiencia de lo que presentamos pero siempre confiados que en las manos de Dios esto es y será más que suficiente. Mientras que Felipe estaba haciendo matemáticas complicadas en su mente, viendo el costo del pan y lo imposible de la situación, Andrés decidió obedecer a Jesús e ir a buscar a quien había traído comida para el evento. Alguien en su sano juicio al ver lo poco que había encontrado debió de haberlo desanimado y seguir buscando o haberse rendido, pero Andrés entendiendo que estos panes y peces serian insuficientes para dar de comer a tantas personas presentes eso nunca lo vio como un obstáculo para traerlo y ponerlo a en las manos de Jesús. El día de hoy necesitamos ser como Andrés, obedecer lo que Dios nos manda en su Palabra y lo que lleguemos a obtener o conseguir en nuestros esfuerzos al ponerlo en sus manos para que él lo bendiga, por poco que sea Dios lo hará rendir y será más que suficiente.
Un facilitador
Andrés llevo a su hermano, a los griegos y al muchacho a Jesús, ese es el mandato que Dios les ha dado a sus hijos, vayan y compartan las buenas noticias de que en Jesús está el perdón de pecados y la promesa de la vida después de la muerte (Marcos 16:15). Esto se convirtió en la misión de Andrés llevar a otros a la presencia de Jesús, la Biblia no menciona que Andrés en alguna ocasión haya pedido un reconocimiento por sus acciones. Esa actitud debería ser la de cada uno de los hijos de Dios el día de hoy.
Cuántas veces hemos sido probados por Dios como lo hizo con Felipe para que nos demos cuenta en quien confiamos y fracasamos terriblemente así como Felipe fracaso, al contrario debemos ser imitadores de las actitudes de Andrés que cuando se presente la oportunidad ponernos a trabajar y presentar nuestros recursos a Dios, nunca olvidando que a pesar que estos sean insuficientes, Dios los multiplicara y los hará más que suficientes. Dios en realidad no nos necesita pero es extraordinario que Él nos deje participar en sus planes. ¿Usted no sirve a Dios por creer que es muy poco lo que puede ofrecerle? Lo invito a ser un Andres para llevar a otros a la presencia de Cristo siempre dispuesto a poner en sus manos los recursos que tenga para la honra y gloria de Dios.
Oración: Gracias Dios por el privilegio inmerecido de dejarnos participar contigo en tus propósitos y por darnos la oportunidad de ver como algo pequeño, imperfecto e insuficiente tú lo transformas enfrente de nosotros en algo extraordinario para tu honra y tu gloria. Permite que cada hijo tuyo tenga la misma convicción y obediencia que Andrés tuvo. También que tengamos esa pasión de Andrés de llevar a toda persona a que te conozcan, apuntarles el camino y con valentía decirles que Jesús es el Mesias, el Salvador, el Hijo de Dios.
Le invito a comunicarse con nosotros con sus preguntas y comentarios a: elbcoemntarios@gmail.com