La semilla
Mateo 13:1-23
Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra.
Introducción
¿En dónde cayó el mensaje de Dios para usted? Parece increíble que la sencillez de la verdad de Dios sea tan difícil de creer al hombre. Nadie en el Juicio Final podrá decir que nunca tuvieron conocimiento del mensaje de Dios, la conciencia nos dice lo que es el bien y el mal, la misma naturaleza declara la grandeza de Dios y el hombre no puede declarar que él no existe (Romanos 1:20-21). Por lo tanto se vuelve de suma importancia que cada uno de nosotros valoremos con honestidad que paso con el mensaje de reconciliación que la Biblia comunica y que muchos han tenido el privilegio de escuchar. Esta parábola de Jesús nos da la oportunidad de poderlo hacer.
Parábola del sembrador (Mateo 13:1-3)
Una parábola es una historia para dar una perspectiva de la vida de acuerdo con el Reino de Dios, estas historias presentaban verdades espirituales ilustradas con eventos o cosas humanas que hacían accesible estas verdades a quienes las estaban escuchando. La intención era hacer más sencillo el mensaje de Dios. Una gran cantidad de las enseñanzas de Jesús fueron presentadas de esta forma.
Ese día en particular Jesús desde una barca y con su público sentado en la playa les presento la parábola del sembrador. Esta historia debió de llamarles la atención ya que era algo con lo que ellos estaban familiarizados. La historia inicia con un hombre dedicado a la agricultura que tomo semillas y fue hacer su trabajo.
Escuchen (Mateo 13:4-9)
La historia en realidad es muy sencilla, se trata de donde cayó la semilla que el sembrador aventó.
Estos fueron los destinos de estas semillas: unas cayeron en el camino, otras en un terreno rocoso con poca tierra, otras entre espinos y finalmente otras en tierra buena.
Las del camino las aves se las comieron, las del terreno rocoso dieron lugar a una planta que no tenía raíz y se secó con el sol, la que cayó entre los espinos dio lugar a una planta que se ahogó y la que cayó en tierra fértil dio fruto en abundancia. La historia termina con una amonestación de parte de Jesús, el que tenga oídos para oír, oiga.
Los presentes al oír esta historia estuvieron de acuerdo con ella, en realidad no tenía nada de especial ya que todo era muy lógico, pero ¿porque Jesús hizo este llamado al final? Jesús lo que les estaba pidiendo es que no solo oyeran en forma superficial sino que pusieran especial atención a sus palabras para que pudieran entender la verdad espiritual que les estaba comunicando. Y este llamado de Jesús sigue vigente cuando el hombre lee la Biblia, hay que leerla con atención buscando que sea Dios quien nos hable para poder comprender la verdad que nos da través de su Palabra.
El propósito de las Parábolas (Mateo 13:10-16)
Después de la enseñanza de Jesús la gente no vuelve a ser mencionada, por lo que podemos estar seguros que regresaron a sus actividades y a sus casas, no estuvieron interesados en entender y conocer el mensaje de lo que se les había comunicado, solo los discípulos fueron con Jesús y le preguntaron porque les enseñaba en esa forma. La respuesta de Jesús es muy sorprendente, solo a ellos le fue concedido entender la verdad de Dios y a los demás no, ellos iban a aprender más de Dios pero a los otros lo poco que sabían y entendían les seria quitado. Así la nación de Israel vio y escucho a Jesús por tres años pero fueron incapaces de reconocerle como el Mesías Prometido, por ello el mensaje de Jesús no lo captaron ni lo entendieron.
Pero esto parece injusto y muchos se preguntaran ¿porque solo Dios permitió a unos cuantos entender el mensaje? El problema siempre ha sido el hombre, en Isaías 6:8-10 el profeta nos explica la razón, porque oyeron y no entendieron, vieron pero no percibieron, y la razón fue porque el corazón de ellos estaba engrosado, se había hecho duro a las palabras y al mensaje de Dios por lo que les fue imposible entender la verdad. El pueblo de Israel había perdido su relación con Dios, por 400 años antes de que naciera Cristo no hubo profeta que les comunicara la Palabra de Dios, era un pueblo rebelde que había hecho un dios de su religión, que a pesar de tener la Biblia (el Antiguo Testamento) la habían remplazado con ritos, ceremonias y con un mensaje centrado en las obras del hombre como el camino para ganar el cielo. A las personas a quien Jesús se dirigió ese día cerraron sus oídos al mensaje por su condición de rebeldía contra Dios. Un corazón endurecido por el orgullo, el pecado y la religiosidad nunca entenderá el mensaje que dice claramente que el pecado les separa de Dios (Romanos 3:23), nunca se convertirá y por lo tanto nunca experimentara el perdón que Dios ofrece.
Jesús les dice a sus discípulos que ellos son más que felices ya que ellos si veían y escuchaban. Estos hombres habían respondido al llamado de Jesús, habían abierto sus oídos a sus palabras, por lo tanto eran capaces de entender. Todo se trata de la actitud del corazón. Estas son las actitudes que existen, un corazón que no está dispuesto a aceptar lo que Dios dice o un corazón noble y humilde capaz de hacer a un lado sus ideas porque acepta y entiende que son erróneas y las remplaza con la verdad de Dios.
La explicación (Mateo 13:18-23)
Jesús da la explicación a sus discípulos de esta parábola.
La semilla. Esta representa las buenas nuevas que Dios le comunica al hombre sobre el plan de salvación que permite la reconciliación con Él. Es el mensaje que expone la condición del hombre y le hace entender que lo que le espera es el infierno pero a la vez le presenta la increíble noticia de la misericordia de Dios que a través de la muerte y resurrección de su Hijo ofrece el perdón que al hombre le es imposible obtener en sus propios esfuerzos.
La semilla que cayó en el camino. El hombre no está dispuesto a entender el mensaje de Dios por la dureza de su corazón, Satanás le arrebata la información y todo lo que escucho será olvidado fácilmente.
La semilla que cayó entre las piedras. Este hombre recibe el mensaje con mucho gusto y se emociona pero la verdad nunca penetro en su corazón ya que cuando la fe que dice tener es puesta a prueba, este hombre duda y termina dándole la espalda a Dios. Estos representan las conversiones emocionales e intelectuales donde la respuesta al mensaje de Dios fue simplemente superficial, lo entendió con su mente pero nunca lo creyó con su corazón.
La semilla que cayó entre espinos. Este hombre si entendió el mensaje sin embargo decide mejor poner como su meta lo material y los placeres del mundo haciendo a un lado a Dios. Al hombre que se le da poder y riquezas no tardara en mostrar quien es en realidad. El dinero es muy tentador, el hombre al verse con las manos llenas con riquezas termina remplazado a Dios por ellas. Jesús dijo claramente que nadie puede servir a dos señores porque amara a uno y aborrecerá al otro, nadie pude servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6:24).
La semilla que cayo en tierra fértil. Solo cuando el hombre deja que el mensaje de Dios llegue a su corazón este será quien responda en forma efectiva y verdadera. Para ello necesita dejar a un lado su orgullo y en humildad reconocer que está en pecado y necesita ser rescatado de su condición que le llevara al infierno y a la separación eterna de Dios (Romanos 6:23). ¿Pero cómo puedo saber o diferenciar entre los otros que dieron la impresión de entender y recibir el mensaje? La diferencia es muy simple son los frutos en abundancia. El que en realidad es un hijo de Dios es quien es transformado en su estilo de vida, este hombre se sujeta a Dios, lo obedece porque lo ama y esto se hace muy evidente. Este es el hombre que experimento un nuevo nacimiento (Juan 3:1-21). Un verdadero cristiano es quien ama a su prójimo e incluso a su enemigo, es quien perdona a quien le ha hecho daño, es quien se compadece de los que no han entendido o escuchado el mensaje de Dios y lo comparte con ellos. Su vida no se rige por el pecado, ni la desobediencia a Dios es una práctica continua ni constante. Un verdadero cristiano no puede esconderse, al contrario brilla con la luz de Jesús en su vida y lo hace manifiesto a todos sin excepción. Pablo en Gálatas 5:22 nos dice cuáles son los frutos que debe presentar un cristiano y estos son: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Y Jesús nos dice que estos frutos los presenta en abundancia.
¿Dónde cayó la semilla?
La historia es muy sencilla pero a la vez muy profunda, Jesús nos enseña que a las personas las podemos dividir en varios grupos de acuerdo a su respuesta al mensaje de la salvación de Dios. Un grupo simplemente no va a entender, otro solo presentara una reacción emocional, otro va a preferir las riquezas y los bienes materiales y el último grupo serán los que efectivamente si se convirtieron de corazón. Jesús en esta parábola nos advierte que dos terceras partes de los que inicialmente se convirtieron nunca fueron en realidad hijos de Dios y el tiempo los va a exponer como falsos convertidos. Además la única prueba de un verdadero hijo de Dios es aquel que demuestra con su estilo de vida que obedece a Dios. Santiago en su epístola dice muéstrame tu fe sin las obras y yo te mostrare la fe por mis obras (Santiago 2:18). No solo con decir que creo lo es todo si no lo demuestro con mis actos, los demonios creen en Dios y lo respetan pero siguen siendo demonios (Santiago 2:19). Creer es la base de la verdadera conversión las obras no son necesarias así como claramente la Biblia lo comunica en Romanos 10:9-10: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Y Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte” (NVI). Pero el que creyó honestamente le es imposible no producir evidencias que Dios está en control de su vida.
Mi pregunta para usted es: ¿En dónde cayó el mensaje del perdón de Dios? La respuesta al mensaje de Jesús determinara a que grupo usted pertenece. Si usted dice que es cristiano entonces ¿su estilo de vida lo demuestra? ¿Hay evidencias de que está produciendo frutos? Este mensaje nos debe llevar a que hagamos una valoración muy profunda de lo que Jesús nos está comunicando a través de esta parábola, no termine como la gente a la que se dirigió Jesús ese día que lo oyó pero inmediatamente volvieron a sus vidas sin haber entendido y mucho menos haber experimentado un cambio por el mensaje.
Hoy es el día para reconciliarse con Dios y responder al extraordinario mensaje de perdón y amor que nos mostró cuando su único Hijo murió en la cruz por usted y por mí como dice Romanos 5:8: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
La advertencia de Jesús aún resuena en este día: El que tenga oídos para oír, oiga.
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