Lázaro y el rico
Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra
Introducción
Jesús siempre le gustó enseñar a través de parábolas, estas eran historias breves que la gente podía entender y llevaban la finalidad de demostrar una verdad espiritual en una forma que pudiera ser fácilmente entendida.
Jesús es el orador por excelencia y nadie se le ha podido comparar. En el Evangelio de Lucas se nos presenta la parábola sobre dos hombres de dos posiciones socioeconómicas opuestas. Esta parábola de Jesús nos ofrece un panorama para poder conocer mejor sobre salvación, lo que pasa con el hombre al morir y la realidad de un lugar para el castigo eterno.
Los fariseos (Lucas 16:14)
Este versículo previo a la parábola nos deja ver que Jesús al presentar esta historia estaba hablando con unos fariseos, estos eran los judíos encargados de la religión, de la enseñanza del pueblo y eran los expertos en la Biblia.
El rico (Lucas 16:19)
El primer personaje de esta parábola es un hombre rico cuyo nombre no se da a conocer, solo se puede afirmar que era un hombre que poseía riqueza material en abundancia. Su ropa era de color purpura, tinción obtenida del caracol del mar la cual era extremadamente costosa y el uso del lino en la vestimenta habla de opulencia. Además organizaba eventos marcados por lujos y estos eran llevados a cabo todos los días. Este hombre era rico entre los ricos.
Los religiosos de la época de Jesús creían firmemente que la prosperidad material era señal inequívoca de una relación verdadera con Dios.
El pobre (Lucas 16:20-21)
El otro hombre de la historia es totalmente opuesto al rico, este hombre se llamaba Lázaro, el cual era un nombre muy común en esa época y significa Dios ayuda. Este no es el Lázaro a quien Jesús resucito. Esta es la única ocasión que Jesús identifica a un personaje por nombre en una de sus parábolas, por lo que los estudiosos de la Biblia mencionan que esta historia pudo estar basada en hechos reales.
Este Lázaro era un hombre pobre, con muy pocas posesiones materiales, no tenía influencias ni amigos. A este hombre alguien lo llevaba a la casa del rico y literalmente lo tiraba al suelo sin importarle si algo le podía pasar y lo dejaba a la puerta. Una simple puerta separaba la opulencia del rico con la terrible necesidad de Lázaro. Además estaba enfermo y su cuerpo estaba cubierto de heridas abiertas que secretaban pus. Era tal su necesidad que estaba convencido de que con comer las migajas de la comida que tiraban en el piso del hombre rico eso sería suficiente para saciar su hambre. Además los perros se acercaban a este pobre hombre para lamer sus heridas, su condición era terrible y digna de lastima.
Para los religiosos este hombre representaba lo peor de la sociedad y lo veían como alguien a quien Dios despreciaba.
Papeles invertidos (Lucas 16:22-23a)
Estos dos hombres mueren. Jesús solo dice que Lázaro murió y no menciona que haya sido enterrado, probablemente a nadie le importo o estuvo dispuesto a pagar por los servicios funerarios. A la gente pobre que moría en ese tiempo los llevaban donde tiraban la basura fuera de la ciudad y los quemaban junto con esta. El pobre al morir fue tomado por los ángeles para ser llevado a donde estaba Abraham, el padre del pueblo judío, y ahora se encuentra al lado de él y es consolado.
El hombre rico al morir fue enterrado, debido a su riqueza podemos creer que sus servicios fúnebres fueron vistosos y probablemente los asistentes lloraron y lamentaron la sensible partida de este hombre. Para la sorpresa de los judíos que oían esta historia, este hombre rico término en el Hades, que significa el lugar de los muertos y es referido en el Nuevo Testamento como el sitio donde terminan los pecadores antes del Juicio Final para después ser enviados al Infierno. John MacArthur en su comentario a este pasaje nos dice: “Esto debió de haber escandalizado a los religiosos el rico en el infierno, además el pobre termino al lado de Abraham”. Para ellos simplemente esto no era posible, ni lo podían reconciliar con su forma de pensar y de creer que al final de las vidas de estos hombres los papeles se hayan revertido.
El Hades (Lucas 16:23b)
Jesús nos presenta claramente como es el lugar donde va el pecador una vez que muere. El Hades se encuentra en un lugar bajo ya que el rico volteo sus ojos hacia arriba para ver a Lázaro. Este hombre rico estaba experimentando gran sufrimiento y dolores severos. Además se nos dice que hay una gran separación entre el Hades y el lugar donde estaba Abraham y Lázaro. Mientras estos hombres vivían solo una simple puerta los separaba, pero después de la muerte esta separación se volvió muy distante.
Imposible escaparse (Lucas 16:24)
El hombre rico al estar experimentando tal tormento pidió a Abraham que tuviera compasión de él pues entendía que no era digno de recibir favor alguno. Mientras que en vida este hombre ignoro a Lázaro ahora en medio del tormento fue capaz de reconocerlo. Solo pedía refrescar su lengua con la mínima cantidad de agua. Ahora era el hombre rico es quien pide migajas. Este hombre estaba literalmente en medio de un fuego, Jesús no lo presenta como algo simbólico, por ello estaba en gran sufrimiento.
¿Porque este hombre no pidió que Lázaro o Abraham lo rescataran de ese lugar y solo se limitó a pedir un poco de agua para amortiguar su tormento? Cualquier persona en esa situación pediría salir de allí pero el rico entendía que esto era imposible.
Esta historia referida por Jesús quita validez alguna a las creencias religiosas y a las enseñanzas que afirman que el infierno no existe. Si Jesús es la verdad (Juan 14:6) y Él afirma que este lugar existe entonces es cierto y por lo tanto este sitio no puede ser negado. Es interesante hacer notar que Jesús habló más del infierno que del cielo, dejando en claro que es una realidad el castigo eterno y existe un lugar destinado para ello.
Oportunidades perdidas (Lucas 16:25)
Abraham ante la petición del hombre rico le recuerda de que en vida el recibió lo mejor y que esto en lugar de hacerlo alguien agradecido con Dios simplemente lo llevó a rechazarlo y su riqueza lo cegó a su necesidad de buscar a Dios.
Mientras que Lázaro a pesar de sus circunstancias tan difíciles que le toco vivir entendió que en la vida hay algo más. No dejo que lo malo de la vida le impidiera buscar a Dios.
Jesús en este relato nos define en forma muy clara que después de la muerte solo hay dos lugares a donde el hombre pasará la eternidad, uno es un lugar de reposo y el otro está caracterizado por una agonía terrible, por lo que nunca ha existido un sitio intermedio para purgar los pecados.
Un gran abismo (Lucas 16:26)
Abraham le dice al hombre rico que hay una gran sima o abismo entre ellos, esta palabra significa lugar de gran profundidad, caracterizado por una distancia inmensa.
Jesús declara categóricamente en esta historia que este abismo es insalvable, imposible de cruzarlo, no hay nadie que pueda pasar de un lugar al otro, una vez allí este es el lugar de residencia eterno. No existe forma alguna para rescatar a una persona que se encuentra en el mismo sitio que el rico. Imposible salir del infierno, Jesús lo establece en una forma clara.
Esta afirmación de Jesús hace que la existencia de un purgatorio para los muertos sea simplemente imposible y enseñar de la existencia de este sitio es decirle a Jesús que su enseñanza fue incompleta y que no dijo la verdad.
¿Cuál es el origen de estas ideas que se volvieron creencias para algunas religiones? ¿No se dan cuenta que con sus creencias contradicen a Jesús? Creer en la existencia de un purgatorio es decirle a Jesús que su muerte en la cruz fue incapaz de pagar por el pecado del hombre y que los servicios religiosos y las oraciones de los hombres van a ayudar al hombre a llegar a Dios. Estas creencias implican que el hombre es elevado a una posición de corredentor con Jesús y lo ponen a su mismo nivel de perfección. El purgatorio no es una enseñanza Bíblica, por lo que creer que existe es un error.
Un rico evangelista (Lucas 16:27-29)
A este hombre rico en medio de su tormento le despertó una gran preocupación, no quería que ningún miembro de su familia terminará en el lugar donde él estaba. Su deseo era que alguien le avisara a su familia de la existencia del Infierno y del castigo divino de Dios. Este hombre jamás se quejó de que él estuviera en ese lugar como resultado de una injusticia, jamás reclamó porque entendió (a través de su conciencia) que ese era el lugar que merecía. Era tal su tormento que le angustiaba que sus seres queridos terminaran junto con él, deseaba lo mejor para ellos así que pidió que fuera el mismo Lázaro quien les avisara y que les presentara el mensaje de la justicia de Dios.
La respuesta de Abraham es muy directa, sus familiares tenían a Moisés y a los profetas que presentan la verdad de Dios. En otras palabras los hermanos del hombre rico tenían a su disposición la Palabra de Dios que en ese tiempo solo era el Antiguo Testamento. No se necesitaba de Lázaro para que supieran la verdad, la verdad estaba enfrente de ellos, la tenían a su disposición y solo requerían leer y creer lo que Dios dice al hombre en su Palabra.
Lo que se necesita para ir al cielo (Lucas 16:30)
Este hombre rico en medio de su tormento entendió lo que en vida nunca fue capaz de reconocer, él sabía que lo único que hace posible a un hombre salvarse del infierno y tener acceso a la eternidad al lado de Dios es el arrepentimiento. El rico no pidió que se les dijera a sus hermanos que hicieran muchas obras o que ayudaran a los pobres o que se afiliaran a una religión o cumplieran con los ritos de esta, lo que sus hermanos necesitaban era reconocer que eran pecadores, que eran los únicos responsables de los actos que habían ofendido a Dios y debían pedir perdón, ellos al hacer esto encontrarían la misericordia, la gracia y el perdón de Dios que los iba a reconciliar con Él y les llevaría a vivir la eternidad a su lado.
La Biblia es suficiente (Lucas 16:31)
Abraham le contesta al rico que no es necesario que un muerto vuelva a la vida para que un hombre pueda escuchar la verdad y de esa forma se arrepienta. La Palabra de Dios es lo único necesario para que entiendan del pecado, del sacrificio de Jesús, del perdón de Dios y de la fe. No se requiere de algo más, la Biblia contiene la verdad completa, la decisión del hombre es creerla o ignorarla. Dios a través de Pablo lo afirma cuando dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16)
La incredulidad es un problema moral y no un problema intelectual, por lo que por más evidencias que vea una persona no cambiará su incredulidad en fe. Ver un muerto regresar a la vida no cambiará el corazón de quien lo ve solo servirá para que se sorprenda. Ver milagros no hace entender al hombre que él es pecador. El pecado solo se entiende cuando el hombre es enfrentado con su desobediencia a los Mandamientos de Dios y por lo tanto está perdido y al morir será condenado a la separación eterna de Dios. Para la reconciliación con Dios no es necesario presenciar un milagro, lo que se requiere es humillarse ante Dios, escuchar lo que Él nos dice en su Palabra y responder a su increíble invitación de creer que en Jesús está el perdón de pecados.
Creyendo la Palabra de Dios.
Esta parábola de Jesús se centra en describir en forma amplia el sitio donde termino el hombre rico y es mínima la descripción del lugar a donde fue Lázaro. Jesús establece sin lugar a dudas de la existencia de un lugar de castigo para el pecador.
Las creencias religiosas y las ideas humanas que dicen que hay formas de escapar al juicio de Dios ya sea porque no existe un lugar de castigo o porque con una serie de servicios religiosos y oraciones el hombre se puede escapar del lugar que Dios tiene reservado a los pecadores quedan descalificadas con esta parábola dicha por Jesús. Está en usted decidir creer lo que Dios dice en su Palabra claramente, o lo que una religión impone como creencia o lo que hombres enseñan sin base alguna.
La verdad está en la Biblia, como dijo Jesús tenemos a Moisés, los profetas y ahora también a los Evangelios y las cartas de los Apóstoles a nuestra disposición. Le invito a que no se convierta en el próximo hombre que como el rico hasta su muerte fue cuando finalmente entendió el perdón que Dios ofrece a través del arrepentimiento pero fue demasiado tarde y termino en el lugar que Dios destino a los pecadores.
Tome su Biblia, dese el tiempo de leerla y deje que la Palabra de Dios le presente la verdad. Mi oración es que Dios le abra su entendimiento para que el día de hoy se arrepienta de sus pecados y reciba el perdón de Dios.
Lo invito a contactarme con sus preguntas y comentarios a mi correo: esclabiblia@gmail.com