Serie Tormentas Tercera Parte
Tormentas provocadas Jonas 1 Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra Introducción Muchas ocasiones las tormentas sorprenden al hombre pero en otras ocasiones esto no es así. Los aviones de reconocimiento para valorar Huracanes vuelan directo a la tormenta en mar abierto para estudiarlo y poder conocer las características de este de esta forma hacer un pronóstico más confiable antes de que estos lleguen a tierra, pero esto se hace con hombres de experiencia en aviones diseñados para enfrentar vientos fuertes, pero el hombre cuando cursa por la vida ve nubarrones que anuncian una tormenta y sin contar con las herramientas necesarias va y se mete en medio de tormentas que lo llevaran a problemas que nunca debieron haber enfrentado. Este relato Bíblico nos presenta la historia de un hombre que terminó en medio de una tormenta y nos da una lección de advertencia para aquel que abre sus ojos para ver y sus oídos para oír. Huyendo (Jonás 1:1-3) Jonás era un profeta a quien Dios usaba para transmitir su mensaje al pueblo judío (2 de Reyes 14:25). Ahora Dios lo manda a la ciudad enemiga de su nación para que les diga que vivían en gran maldad y que les avisara que Dios estaba molesto contra ella. Jonás se levantó pero en lugar de ir a Nínive se dirigió al lugar más opuesto que pudo ya que buscaba huir de Dios y no tener que cumplir con la orden recibida. Jonás tuvo que descender hacia el puerto de Jope, pero su descenso fue en realidad espiritual y a partir de ahí empezó a pagar el costo de desobedecer a Dios y de su bolsillo salió el dinero para pagar el boleto del barco que lo llevaría a Tarsis que se encontraba en España. Tormenta provocada (Jonás 1:4-6) La tormenta fue en respuesta directa a la actitud de Jonás y la furia de Dios se hizo sentir, los marineros tenían miedo por lo que esta era una tormenta severa y hasta lo religioso les apareció ya que pedían ayuda a sus dioses. Estos marineros en su intento de hacer la nave más ligera tiraron su carga al mar, el dinero y las ganancias perdieron su atractivo, lo que querían era salir con vida de esta tormenta. Jonás el causante de este evento decidió hacer lo contrario y continúo en su camino de descenso al bajar e irse al interior del barco. Su actitud espiritual era tal en realidad ya era una caída libre. Ya no le importaba si la nave se salvaba, total que se perdiera solo para salirse con lo que él había decidido. Y mientras todos los demás intentaban salvarse Jonás se fue a dormir. Y en lugar de ser él quien animará a los marineros y pasajeros a buscar a Dios es el capitán del barco quién lo regaña y le exige que busque a Dios. Cuando el hombre ha caído en desobediencia y está en un pozo en su área espiritual a este ya nada le preocupa, podrá ver que su mundo se está colapsando y que está en peligro pero ni esto le hará reaccionar ya que en medio de la obscuridad en la que se encuentra es incapaz de reaccionar. Cuidado de no caer en esto como consecuencia de ser incapaces de someternos a la autoridad de Dios. Un temor irreverente (Jonás 1:7-10) Estos marineros al parecer jamás habían experimentado algo así por lo que llegaron a la conclusión que esto debía ser el castigo de alguien en particular y al echar suertes Dios les permitió darse cuenta que Jonás era el causante. Al interrogar al profeta este les reveló que era judío y que servía al Creador del Universo al único y verdadero Dios, todo esto fue correcto pero también agrego una gran mentira ya que se identificó como alguien que se sometía y respetaba a Dios. Sin embargo también les confesó que él estaba huyendo de la presencia de Dios. Cuando el hombre desafía a Dios su pensamiento se vuelve incongruente y aunque sabe la verdad es incapaz de hacer un análisis honesto de su vida y de su relación con Dios y aunque lo pueda decir es incapaz de entenderlo y por ello seguirá alejándose más de Dios. Los únicos que entendían lo que equivocado que estaba Jonás eran los hombres que no conocían a Dios, el corazón de Jonás simplemente se había endurecido y ni la tormenta fue capaz de hacerlo reaccionar. Mejor morir que obedecer (Jonás 1:11-15) Estos hombres no sabían qué hacer, así que dejaron que Jonás quien conocía a Dios les mostrara el camino a seguir. La decisión de Jonás es simplemente insólita, en lugar de clamar a Dios y pedirle perdón este hombre estaba en tal condición espiritual que pidió que le quitaran la vida por lo que les dijo que lo lanzaran al mar así se iban a salvar, ya que reconocía que todo lo que estaban pasando era consecuencia de su pecado. Los marineros trataron de salvarlo al tratar de llevar el barco a tierra pero fracasaron, el hombre jamás podrá salvar a otro hombre del juicio de Dios. Este concepto tan bien representado en este evento lo podemos ver a través de toda la Biblia, el hombre no se puede salvar a sí mismo ni otro hombre puede ayudarle, solo Dios es quien puede proveer el camino que salva y esto lo hizo con la muerte y resurrección de su Hijo Jesús. Muchos hombres perderán la vida eterna por un corazón duro que les hace imposible someterse a Dios. Estos hombres entendieron que es imposible luchar contra la voluntad de Dios y rogaron que no se les tomase en cuenta el hecho de lanzar a Jonás al mar. Este profeta cada paso que daba era peor ya que él mismo pudo haberse aventado al mar pero prefirió pasar la responsabilidad a estos marineros y que ellos cargaran en su conciencia con este acto. Cuando un hombre cae, su condición será cada vez peor y arrastrará a otros con sus actos. Jonás al final fue lanzado al mar y en ese momento el problema se solucionó y la tormenta desapareció.
Predicando con la desobediencia (Jonás 1:16) Puede uno pensar que un cristiano en pecado es imposible que pueda comunicar a otros de Dios pero aquí vemos que aún la desobediencia de Jonás y que la tormenta que enfrentaron fue el castigo que estaba recibiendo y sirvió como una herramienta poderosa para que el poder de Dios fuera revelado a estos marineros idólatras y Jonás que decía someterse a Dios predicó con su pecado lo que el hombre enfrentará si no lo obedece y les mostró en forma contraria lo que debe ser el verdadero temor a Dios y estos hombres temieron a Dios, lo alabaron con sacrificios e hicieron un pacto con Él. Que lamentable que haya gente que cree que en ellos está el poder de convertir personas, el poder es solo de Dios y de nadie más y Él usará incluso los caminos menos convencionales para presentar su plan de salvación. Jesús declaró que si nosotros no predicamos las piedras hablarían por nosotros (Lucas 19:40) y la piedra del pecado de Jonás fue usado por Dios para cada uno de los que iban en el barco se convirtieran. Misericordia inmerecida (Jonás 1:17) Jonás decidió morir antes que obedecer pero Dios en su infinita misericordia no le dio a este profeta lo que merecía sino que preparó un gran pez, en ningún lado dice que era una ballena, para que se tragara a Jonás y de está forma evitar su muerte. Jonás bajó a Jope, se dirigió a la parte más baja del barco, fue lanzado a la profundidad del mar y termino dentro de un pez; el pecado es así y este es el único camino al que conduce y llevará a la muerte eterna. Dios permitirá que el hombre llegar hasta los límites para que entienda su pecado y tenga la oportunidad de arrepentirse. A Jonás le tomó tres días más para entender su pecado y someterse a Dios en obediencia. Y al final la voluntad de Dios se cumplió a pesar del corazón necio y malo de Jonás y fue y predicó en Nínive. Una tormenta con una finalidad Esta tormenta que estuvo a punto de quitarles la vida a todos lo que iban en ese barco tenía un propósito muy específico. Nunca se trató de Jonás, ni de los marinos, ni de la tormenta ni del gran pez siempre el personaje principal fue Dios. Siempre se ha tratado de Él, de su gloria, de su poder, de su justicia, de su juicio perfecto, de su gracia y de su misericordia. Esta historia nos presenta cada uno de ellos pero muchos pierden el verdadero mensaje quedando atrapados en el interior del gran pez y son incapaces de apreciar el mensaje increíble de juicio y misericordia de Dios. La rebeldía de un hombre que conocía a Dios fue usada para que unos marineros encontrarán la salvación y la vida eterna, el profeta que merecía morir se le dio una nueva oportunidad. Quizás el día de hoy usted este en medio de una tormenta que sea consecuencia de su pecado, de su desobediencia a Dios, de su corazón rebelde y hoy Dios en su misericordia le está ofreciendo su perdón. Pero lo invito a que no llegue hasta el pozo espiritual hasta donde llegó Jonás, pierda la sensatez y termine dentro de un pez por un tiempo hasta que se dé cuenta de su rebeldía. Deje de ir en contra de Dios, sométase a su dirección, pídale perdón, alábele y haga un pacto con Él a través del sacrificio de su Hijo Jesús que en la cruz pagó el rescate que le concede el perdón, le da la adopción a la familia de Dios y la vida eterna. Deje de descender espiritualmente y permita que Dios le rescate. Lo invitamos a comunicarse con nosotros con sus comentarios y preguntas a: esclabiblia@gmail.com