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Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra

Fe en Medio de la tormenta (Serie Tormentas parte 2)


Serie Tormentas Segunda Parte

Fe en medio de la tormenta Marcos 4:35-41 Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra Introducción

Todos tenemos fe cuando el evento difícil ya concluyó, cuando este se resolvió. El problema es la forma en que reaccionamos en medio de las dificultades y en ellas mostraremos con que estamos hechos, en que creemos y en quien hemos depositado nuestra confianza. No hay clases que nos enseñen o nos preparen para las dificultades, pero en la Biblia encontramos el porqué de las tormentas y como debemos de enfrentarlas, lo más lamentable es que el manual que Dios dejó al hombre es ignorado y se prefiere por las voces de otros hombres. Este pasaje de la Biblia muestra a la única persona en quien el hombre debe depositar su confianza para salir airosos de las tormentas que le toquen vivir. Con rumbo fijo (Marcos 4:35-36) Esta historia es presentada en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. El relato de Marcos nos indica que estuvo sucedió en la noche y es Jesús quien dirige a sus discípulos a entrar en la barca y les da el destino específico a donde iban, a la costa este del lago de Galilea lo que sería su primer viaje a territorio de los gentiles para llevar el Evangelio. Así que este evento no fue al azar, Jesús tenía un propósito específico, entro y partieron. Lo que iban a enfrentar en unas horas era desconocido para los discípulos pero para Jesús no fue así, él los sabía incluso conocía lo que los hombres pensaban (Mateo 9:4) así que este evento no fue sorpresa. Dios siempre ha estado en control de todo y en su infinita sabiduría envió a estos hombres a enfrentar una tormenta. A punto de hundirse (Marcos 4:37) El lago o mar de Galilea está ubicado a 690 pies debajo del nivel del mar rodeado por montañas, al norte está el Monte Hermon que alcanza los 9,200 pies y durante los meses de Mayo a Octubre vientos fuertes pasan a través de los espacios estrechos de estas montañas y esto da lugar a la aparición en forma repentina de fuertes tormentas. La tormenta que se les presentó en esos momentos fue tan severa que tomó las características de un huracán y el bote empezó a llenarse de agua. Estos hombres habían salido con Jesús, le habían obedecido y viajaban hacia donde él les dijo que fueran y aún así tuvieron que enfrentar esta tormenta severa. En ningún lugar de la Biblia se afirma que los seguidores de Dios no tendrán que enfrentar dificultades aun cuando estén obedeciendo, pero en medio de estas situaciones hay una gran lección que afectará en forma positiva el carácter del hombre. Jesús pudo haber prevenido la tormenta pero él dejó que esta situación grave se presentara.

En la popa (Marcos 4:38) La popa es la parte trasera de un barco y es en este sitio en donde Jesús se encontraba. En este relato es la única parte de los Evangelios que menciona a Jesús dormido y ni aun la tormenta fue capaz de hacerlo despertar. Aquí podemos apreciar la naturaleza humana de Jesús y cuando usted se sienta cansado puede estar seguro que Jesús sabe a la perfección lo que usted está pasando y sintiendo, que Dios tan extraordinario tenemos. Los discípulos estaban desesperados ante la situación, algunos de ellos que eran pescadores de esa región comprendieron que no saldrían bien librados de esta tormenta y que estaban a punto de morir por ello fueron a buscar a Jesús y lo despertaron. De esta pequeña descripción que hace Marcos podemos apreciar que en este evento Jesús estaba en la parte más trasera del barco, solo acudieron a él cuando la situación estaba prácticamente perdida, a Jesús solo lo consideraban alguien que merecía su respeto pero solo era alguien que tenía grandes conocimientos, y le acusaron de que no le importaba lo que ellos estaban viviendo en esos momentos. Y la historia se repite el día de hoy cuando el hombre no le permite a Jesús ir al frente y dejar que él sea quien dirija, solo se acude a él como último recurso cuando siempre él debería ser no la primera sino la única opción para pedir ayuda y dirección, todo esto es resultado de que Jesús no es el Señor del hombre se le reconoce pero no se le da el lugar de honor en la vida de las personas y finalmente la actitud muy común de reclamarle a Dios de que no le importa lo que le esté pasando al hombre. No se quiere nada con Jesús pero a la hora difícil más vale que preste su ayuda.

Reprendido (Marcos 4:39) Ahora esta parte del pasaje nos muestra la naturaleza divina de Jesús. Al ser despertado Jesús se levantó y tomó el control absoluto de la situación a pesar de la forma inadecuada en que fue abordado por los discípulos. Ellos no merecían lo que Jesús estaba a punto de hacer pero en su infinita misericordia les resolvió el problema que enfrentaban. Después reprendió al viento, Jesús ordeno y prohibió al viento seguir con sus embates contra el barco. Al mar le ordenó dejar de hacer ruido alguno. La respuesta fue inmediata el viento se detuvo y normalmente las olas tardan un buen tiempo en detenerse pero en ese mismo momento también el mar entró en una gran calma. Esto es algo que jamás se había hecho ni se volverá hacer. Jesús demostró su poder absoluto sobre la naturaleza y esta se sujetó a lo que le fue ordenado. En los salmos se afirma que esto solo Dios lo puede realizar ya que afirma que sólo él tiene dominio sobre la braveza del mar y puede calmarlo (Salmos 89:9), Jehová es más poderoso que el mar y sus olas (Salmos 93:4) y Dios tranquiliza las olas y detiene la tempestad (Salmos 107:29) y justamente esto fue lo que Jesús hizo demostrando con ello que él es Dios.

Asustados (Marcos 4:40) Estos seguidores de Jesús lo habían visto, por lo menos de acuerdo a Marcos, reprender demonios (Marcos 1:25-26), sanar muchos enfermos (Marcos 1:34), sanar la lepra que era la enfermedad más temida de la época (Marcos 1:40-42), sanar a un paralítico (Marcos 2:10-11) y sanar a un hombre con una mano paralizada (Marcos 3:5) antes de que este evento se presentará. Ellos habían sido testigos en primera fila de todos estos actos divinos de Jesús y aun así estos hombres seguían sin creer, sin reconocer en Jesús al Mesías prometido y al ver su poder al controlar los elementos de la naturaleza en lugar de caer a los pies de Jesús, este evento hizo que se llenarán de miedo y los cuestiona porque aún no podían creer y poner su confianza en Jesús ya que cuando fueron a despertarlo solo le comunicaron lo que estaba pasando pero no le pidieron que él les solucionara la situación puesto que no creían que él pudiera hacerlo. El hombre se resiste por su naturaleza pecaminosa a reconocer en Jesús al Hijo de Dios, al único camino que nos conduce y reconcilia con Dios (Juan 14:6, Hechos 4:12) pero está presto a llamarlo y ponerlo al frente de su vida cuando esta se pone difícil. Solo con ver el sol salir, ver la naturaleza, ver un bebé nacer y muchas cosas más nos deben convencer de que hay un Creador y la necesidad que tiene el hombre de buscarlo. Y su pregunta que le hizo a sus discípulos sigue resonando el día de hoy: ¿Cómo es posible que aún no crean en mí? ¿Jesús quién eres? (Marcos 4:41) El miedo se apoderó en forma total de estos hombres al ver a su Maestro ser más que esto, vieron al dueño absoluto de la naturaleza (el mar y el viento) y como esta se sometía a su voz. Y la dureza de su corazón persistía y se preguntaban quién podría ser este hombre que mostraba este poder tan extraordinario. El día de hoy Jesús sigue siendo el único capaz de cambiar vidas inútiles y pérdidas, evidencias de esto están presentes y cuando alguien más lo ve solo se asombra, pero solo se hace la misma pregunta sobre quién es este Jesús que cambia y transforma la vida de alguien más, pero son incapaces de buscarlo y permitirle que Jesús les transforme las vidas a ellos. Asombro, miedo y sorpresa en lugar de arrepentirse y someterse a la persona de Jesús. Rescatados de la tormenta Ser cristianos verdaderos y obedientes no evitará que se tenga que pasar por días dolorosos, de dificultades, de problemas pero que extraordinario que en cada una de las tormentas que se van experimentar Jesús está en la barca con nosotros, solo que no lo deje atrás sino permítale estar al frente y ser el director de su vida y él dará la calma que nadie más le podrá dar. El día de hoy vemos frente a nosotros nubarrones que anuncian problemas mundiales económicos y políticos severos, no se llene de temor Dios está y estará siempre en control de este mundo aunque esto no parezca así por lo que le invito a que descanse en sus promesas porque él se encargará de usted así como lo hizo de sus discípulos esa noche en medio de esa gran tormenta. Jesús lo dijo enfáticamente: “La paz les dejo; mi paz os doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden” (Juan 14:27 NVI), el autor a los Hebreos nos dice: “Ahora como Dios no miente, su promesa y su juramento no pueden cambiar. Esto nos consuela, porque nosotros queremos que Dios nos proteja, y confiamos en que él nos dará lo prometido. Esta confianza nos da plena seguridad; es como el ancla de un barco, que lo mantiene firme y quieto en el mismo lugar. Y esta confianza nos la da Jesucristo,…… (Hebreos 6:18-19, Traduccion Lenguaje Actual TLA), y finalmente el rey David nos invita a costarnos y dormirnos en paz porque sólo Dios es quien puede hacernos vivir confiados (Salmos 4:8). Pero estas promesas son para quienes se atrevieron a creer en Jesús y someterse a su dirección en obediencia. ¿Y para usted quién es Jesús? Lo invito a comunicarse con nosotros con sus preguntas y comentarios a: elbcomentarios@gmail.com


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