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Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra

Euroclidon: Vientos contrarios (Serie Tormentas parte 1)


Serie: Tormentas Euroclidon: Vientos contrarios. Hechos 27 Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra Introducción

La vida no es fácil, se tiene que navegar por ella y en ocasiones habrá tormentas que van a sorprender al hombre y este viaja sin rumbo fijo. En esos momentos se puede perder la esperanza y el hombre puede entrar en un estado de depresión. ¿Es posible que al navegar por la vida se puedan enfrentar esos días malos en donde todo parece perdido? Es posible y la respuesta está en la confianza. El libro de los Hechos nos narra un evento en la vida del Apóstol Pablo donde todo lo que le ocurre es malo, su vida y la de los que le acompañan está en peligro constante; en este pasaje se encuentran las herramientas que están a la disposición del hombre para encontrar confianza en medio de las tormentas.

Vientos contrarios (Hechos 27:1-8)

Pablo se encontraba preso en Jerusalén al haber sido acusado por los religiosos judíos y fue enviado a Roma a petición de él para enfrentar juicio frente al Emperador por ser ciudadano romano (Hechos 25:10-12). Finalmente se hicieron los preparativos para que esto se llevará a cabo. Pablo junto con el Doctor Lucas (quien narra estos hechos), Aristarco (cristiano que había acompañado a Pablo con una ofrenda para la Iglesia de Jerusalén) y otros presos son puestos bajo la responsabilidad de un capitán llamado Julio para navegar hacia Roma. El viaje inicia bien, Pablo es acompañado por dos hermanos en la fe y el capitán mostró trato preferencial hacia este Apóstol al dejarlo que en Sidón fuera recibido y ayudado por unos amigos. Pero a partir de su salida de ese puerto las cosas empezaron a presentar un giro desfavorable y pronto enfrentaron vientos contrarios (Hechos 27:4), finalmente llegan al puerto de Mira donde vuelven a cambiar de barco que los llevaría a Italia. El viaje se tornó lento porque el viento no les favorecía, finalmente llegaron al puerto de Gnido. De ese puerto se dirigieron a la Isla de Creta y navegando frente a la costa finalmente llegaron a Buenos Puertos con muchas dificultades. Este viaje desde su inicio fue muy complicado, la travesía fue lenta y el viento nunca les favoreció.

Hay etapas de la vida del hombre donde todo parece estar en contra, nada es favorable y es fácil que desde estas etapas tempranas el hombre empieza a angustiarse, sienta desconfianza e incluso miedo. Advertidos (Hechos 27:9-12) El viaje ya había tomado mucho tiempo y la fiesta del ayuno (el día de la expiación conocido como Yom Kippur) ya había concluido por lo que era el mes de Octubre y por lo tanto el invierno estaba muy próximo por lo que ya era un tiempo peligroso para continuar navegando hacia Italia. Por estas razones Pablo les advirtió que no era sensato salir nuevamente al mar ya que todo se podía perder, el cargamento, la nave y hasta los pasajeros. Pablo no era marinero, pero todo hombre que respeta a Dios es sabio (Proverbios 1:7) y pudo valorar que si las condiciones iniciales fueron malas de ahora en adelante todo se iba a poner peor. Lo increíble es que el capitán y el dueño del barco que deberían saber mejor aconsejaron al capitán romano que podían salir de ese puerto rumbo a su destino. Solo puedo pensar que el deseo de tener trabajo y así poder cobrar les nubló su lógica que les debió decir que Pablo tenía la razón. Cuántas decisiones se han tomado de esta forma pensando solo en el aspecto económico y por ello muchas vidas se han perdido como consecuencia. La mala decisión no fue solo de los encargados del barco sino que también la mayoría al ver que ese lugar no era muy adecuado para pasar el invierno votaron por continuar el viaje con la esperanza de llegar al otro puerto de la misma isla en donde tendrían condiciones más favorables para enfrentar el invierno. El capitán romano tomó la decisión final y zarparon de este puerto. Esta historia ha tomado un camino ilógico, el menos experimentado pidió no continuar el viaje ya que había visto las dificultades que habían pasado y el cambio de clima no les iba a ayudar, pero los expertos decidieron continuar. ¿Quién en sus cinco sentidos puede pensar que esta era la decisión correcta? Este viaje estaba destinado a un desenlace fatal y trágico. Antes de toda mala decisión siempre habrá voces que aconsejan al hombre optar por lo contrario y deben de tomarse más en cuenta si estas vienen de un hombre que es temeroso de Dios. Vientos huracanados (Hechos 27:13-20) A la primera señal de vientos favorables estos hombres emprendieron el viaje hacia el otro puerto que presentaba mejor protección de las tormentas invernales. Al poco tiempo una tempestad los sorprendió, se vieron en medio de vientos del norte y del este que tenían velocidades de más de 118 kms/hora, el barco fue azotado por olas excepcionalmente grandes y la visibilidad era casi nula. El barco quedó a la deriva y al pasar frente al islote de Cauda los marineros aprovecharon para asegurar el bote salvavidas y con muchas dificultades lo subieron a bordo. Reforzaron el casco del barco con sogas para que el barco pudiera resistir el golpe de las olas y del viento ya que se veían siendo arrastrados a la costa de África y naufragando frente a los bancos de arena de Sirte que eran considerados como el cementerio de los barcos. Nada mejoraba así que para hacer la nave más ligera se decidió arrojar al mar la carga, tres días después todas las cuerdas que usaban para manejar el barco también fueron aventadas al mar. Era tal la tormenta que ni sol ni estrellas fueron visibles por muchos días, en esos momentos toda esperanza se había perdido, nada podría salvar a este barco. En ocasiones esta descripción tan detallada del Doctor Lucas se asemeja mucho a situaciones que enfrentamos donde alguna situación adversa llama a más problemas y todo parece perdido, en nuestras mentes no hay más esperanza, la angustia se apodera de la mente y la depresión aparece para tomar posesión de la mente y el cuerpo del hombre. En medio del problema no hay ni una mínima luz de esperanza que pueda dar aliento.

Encontrando ánimo en las tormentas (Hechos 27:21-26) ¿Es posible encontrar algo que pueda animar cuando todo parece perdido? Para Pablo si fue posible. Lo primero que hizo Pablo fue recordarles que la decisión de continuar el viaje fue mala y que él se los advirtió. La primera herramienta que el hombre tiene a su disposición al enfrentar las tormentas es la confianza en Dios. Pablo les recomienda tomar una actitud totalmente contraria a la que presentaban en esos momentos y les llama a tener valor y energía para enfrentar esta dificultad ya que solo el barco se iba a perder pero ellos habrían de sobrevivir. En medio de las dificultades siempre está la gran oportunidad del discípulo verdadero para compartir a los demás en quien se ha creído y que Dios es digno de tenerle confianza absoluta. La relación que Pablo tenía con Dios fue algo que jamás dejó de mencionar en cada oportunidad que se le presentó, este Apóstol se identifica como alguien que pertenecía y le servía como un siervo (esclavo) a Dios. Vale la pena tomarse el tiempo para ver si cada uno de nosotros tenemos esa misma relación con Dios. El mensaje de Dios para Pablo a través del ángel fue muy claro, aun en medio de la tormenta no debería tener temor ya que Dios tenía un plan muy específico para Pablo y Dios le había separado una cita con el emperador romano. Así que Pablo iba a sobrevivir y como consecuencia la protección de Dios se extendió para cada uno de los que iban en el barco. Que extraordinario es Dios y como la bendición para uno de sus hijos puede llegar incluso para aquellos que quizás no la merecían, así es la misericordia de Dios. Pablo ahora les recomienda tener una actitud diferente porque creía sin dudar (tener fe) en cada palabra que Dios le había comunicado por el ángel. Pero esto no significaba que la tormenta iba a desaparecer y que no enfrentarían más dificultades. Es increíble que ahora desde los púlpitos existan pastores que enseñen que el cristiano no debe padecer problemas y que puede exigirle a Dios que se los resuelva en forma instantánea. Aquí vemos que Pablo tuvo que pasar por todos estos malos momentos para que él pudiera madurar en su confianza en Dios y que los demás pudieran escuchar de Dios. Las pruebas son necesarias para que podamos obtener paciencia que lleva al cristiano por el camino que conduce a la perfección que es parecernos más a Cristo (Santiago 1:2-4). Encontrando gratitud en las tormentas (Hechos 27:27-38) El viaje en medio de la tormenta llegó a su día catorce y los marineros se dieron cuenta que estaban cerca de tierra y al hacer pruebas lo confirman al hacerse menos profundo el fondo del mar. Ahora surgió una nueva preocupación el barco se iba a estrellar con las rocas, por lo que los marineros intentaron escaparse en el bote salvavidas. Es nuevamente Pablo que muestra sabiduría y previene al capitán romano de las intenciones de los marineros ya que si estos huían nadie podría salvarse. Al parecer los vientos y la tormenta se llevaron la cordura y la inteligencia del capitán romano que no pudo ver las intenciones de los marineros. El capitán siguió la advertencia de Pablo y así evitar la huida de los marineros. Ahora podemos encontrar la segunda herramienta que el hombre tiene cuando está en medio de una tormenta y esta es la gratitud. Pablo sigue en control de la situación y pide que todos tomen alimento para que tengan fuerzas para lo que habrían de enfrentar. Pablo delante de todos tomó el pan, dio gracias a Dios y comieron. Que testimonio tan poderoso, Pablo nos enseña que aun en medio de las tormentas jamás debemos de dejar de agradecer a Dios y poder apreciar lo que él nos da. Aun en medio de este problema había alimento para prepararlos para lo que seguía, a Dios nada le sorprende, él lo sabe todo y no deja que pase algo que el hombre no pueda soportar. Toda esta serie de eventos desafortunados sirvieron para que en ese momento doscientas setenta y cinco personas escucharan y vieran el testimonio de Pablo, pero el impacto de esta historia no terminó ahí porque a través del escrito de Lucas este mensaje sigue resonando hasta el día de hoy para todos aquellos que están en medio de tormentas, que continúa diciendo: no pierdan ánimo, confíen en Dios y agradezcan porque jamás él olvidara darles la provisión que necesitan para enfrentar esas tormentas. Finalmente en tierra (Hechos 27:39-44) El barco fue conducido por la tormenta por el Mar Mediterráneo de la Isla de Creta hasta la Isla de Malta y el barco encalló en lo que hoy es conocido como la Bahía de San Pablo, sin embargo llegar a tierra no fue sin dificultades ya que el barco se perdió por el embate de las olas. Ante la posibilidad de que los prisioneros pudieran huir los soldados intentaron matarlos ya que de ocurrir ellos serían castigados severamente incluso los matarían por haber fracasado en su misión, nuevamente la gracia que Dios le dio a Pablo con el capitán impidió que los soldados llevarán a cabo este plan. De esta forma unos nadando y otros ayudados por maderas todos llegaron a tierra.

En medio de tormentas

La dirección del este viaje debió ser siempre hacia el oeste pero desde un principio el viaje tomó un curso diferente, al principio fue hacia el norte, después hacia el sur y de ahí en adelante sin dirección hasta que llegaron a la Isla de Malta donde el bote se perdió. A veces así es el navegar de nosotros por esta vida, la ruta lógica para llegar al destino trazado es imposible seguirla y solo encontramos desviaciones y dificultades. Pero en esta historia podemos ver la mano de Dios y el propósito de Él en cada uno de los eventos que todos estos hombres padecieron. Como es reconfortante que en medio de tantas personas solamente fue necesaria una para que compartiera en medio de la obscuridad, de la angustia, de la falta de esperanza una luz brillante y penetrante con el mensaje de las buenas noticias que el hombre no tiene que naufragar, y hoy tampoco el hombre tiene que naufragar espiritualmente ya que la luz es Jesús y en él se puede confiar. Dios salva al hombre a pesar de que este haya naufragado y fracasado en sus propios esfuerzos por salvarse a sí mismo, sólo en Jesús está la salvación y el saber esto debe de ser motivo para animarnos a pesar de lo oscuro de nuestras circunstancias actuales. Dios es bueno. Además no debemos de olvidar que ninguna tormenta va a impedir que la voluntad de Dios se cumpla, Él tiene el control absoluto y Él dará los medios necesarios para enfrentar y superar la prueba.

La vida del cristiano no es fácil pero demos gracias a Dios que en Él podemos tener el sostén, la fuerza y el ánimo para seguir adelante. El cristiano en medio de una tormenta será retado a conocer más a Dios, a depender más de Él y podrá usar esta experiencia para compartir el Evangelio con los demás. Y por ello nuestro corazón debe de llenarse de gratitud no por las circunstancias adversas que se están viviendo sino por los resultados que traerá el haber navegado por esas tormentas. Le animo a que no importa lo que esté viviendo o lo que vaya a enfrentar a nunca quitar los ojos de su Salvador que es Cristo Jesús y en lugar de quejarse porque está en medio de una tormenta tome la misma actitud de Pablo e imite su confianza y gratitud a Dios. Le invito que se comunique con nosotros con sus comentarios y preguntas a: elbcomentarios@gmail.com


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